1. La amorosa hija (Parte 13)


    Fecha: 22/12/2017, Categorías: Incesto Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos

    Cuando se sentaron en la estancia, Estela se sirvió un vino blanco, desconcertando un poco a Tomás ya que nunca la había visto tomar alcohol. Él se sintió con la libertad de servirse un whisky, y se sentó frente a ella. “¿Y bien? ¿Cómo les fue a las hermanas?”, preguntó. “¡Muy bien papi! Me decidí por Anne en lugar de mis amigas. Teníamos muchas cosas que platicar”, contestó con un notable entusiasmo y alegría, desconcertando un poco a Tomás, sabedor de la mala relación de sus hijas, por lo que Anne le contaba. Platicaron sobre sus amigos que visitó durante un buen rato. “Ahora cuéntame de tu plática con tu hermana. Notaba que no andaban muy bien las cosas entre ustedes”, dijo Tomás. Estela dio otro trago a su vino y aclaró su garganta. “No sé si sepas papi, pero yo tenía una inquietud que me estaba atormentando desde hace meses, y era básicamente que tú y Anne eran amantes… locuras mías pues, al verte tan bien”, comenzó. Sería el alcohol, pero por primera vez, Tomás se sintió tranquilo, nada perturbado tras el comentario de su hija. Estela quizá no sabía que Anne lo había mantenido al tanto durante las últimas semanas. Fue un gran error que asistieran a la boda Estela y Mark junto con ellos. ¡Tan fácil que hubiera sido no invitarlos! “Eso, como te habrás dado cuenta, hizo que Anne y yo tuviéramos una serie de choques y malos momentos, incluso frente a ti”, continuó. Tomás era todo oídos. Estela tenía pensado utilizar la misma estrategia que con su hermana: primero el ...
    ... alabo, luego la verdad. “Es asombrosa la forma en que Anne te trajo de regreso. La verdad, papi, pensaba que no llegabas al año nuevo. Cuando nos fuimos en verano, te dejé muy deprimido. Lo comenté con Anne. Cuando comencé a recibir tanta foto y verte en Nueva York, me quedé… ¡guaaauuu! ¡que bruto! ¡Qué galán! ¡Guapísimo!”. “Gracias Estelita”, simplemente dijo Tomás. “No, es que de verdad papi, ¡qué cambio!”, prosiguió Estela, “¡vaya forma de arreglar las cosas Anne!, de veras, no tengo palabras para agradecérselo. Vaya forma de llenar el hueco de mami, literalmente, papi”. Tomás se preocupó un poco al escuchar “literalmente”. “Pues sí, ha hecho una magnífica labor”, dijo Tomás. “Para que yo lo reconozca, imagínate”. “Pero el secreto de tu notable mejora”, continuó Estela, “es que te la estás cogiendo padrísimo, papi”, dijo sin rodeos. Tomás sintió como una descarga de electricidad y se quedó mudo. Nunca se lo había ni siquiera insinuado. Fue tajante y certera. La sonriente cara de Estela no cambió al ver la de su padre prácticamente desfigurarse. “Lo sé todo papi, no te asustes. Anne me lo contó. Vine aquí a impedirlo, pero la verdad, ya nada puedo hacer. Al principio me escandalicé, muchísimo, dada mi forma de ser, pero después de platicar con ella…, me queda muy claro que, si esa es la receta por tenerte tan bien, que así sea… ¡y viva la paz!”, concluyó. Obvio es que omitió el episodio lésbico vivido con Anne, pero la expresión de Tomás de no tener escapatoria la tranquilizó. ...
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