1. Visitas a mi vecino (El padre de Oscar)


    Fecha: 22/12/2017, Categorías: Gays Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... miró a Diego - ¿Y este?, ¿que hace aquí? - Es que se ha enteráo de que tengo grabáo el partido del jueves y como no lo pudo ver, me la pedío pa verlo esta noche. - ¿Tu también juegas al fútbol?, dijo Oscar - ¡Si!. Cuando quieras te vienes a verme jugar ¿vale? La abuela se dio cuenta de que a su nieto le gustaba Diego... - ¿Si quieres cenar? - ¡No!, ¡no Sra.!, ¡de verdad! Se lo agradezco mucho, pero he quedado con mis amigos; y miró a Rafa El Rafa vio que su hijo miraba a Diego de una manera especial; y con voz cortante dijo: - ¡Te quedas y punto!... Y arrimó otra silla a la mesa - ¿Te gusta la tortilla de patatas?, le preguntó la abuela - Si, Sra., ¡me encanta! - También tengo una poquita ensaláa de pimientos, que le va mu bien y unos boquerones recién fritos. - ¡Genial!, dijo Diego - Pues ya está. Era evidente que al chiquillo le gustaba Diego y quería hacerse amigo de él. No dejaba de mirarle embelesado y con los ojos muy abiertos - Yo también quiero ser futbolista, ¿sabes? le dijo, muy animado… ... y entraron en una conversación muy graciosa y amena… La abuela y Rafa, les observaban en silencio y se miraban de reojo… y mientras cenaban, el ambiente fue relajándose, poco a poco... hasta que quedó claro, que Diego era aceptado en esa casa. Cuando terminaron, Rafa le llevó a su habitación y se desnudó delante de él, sin ningún reparo A los pocos minutos, oyeron a la abuela, que tras haber acostado al niño se despedía de ellos... - ¡RAFA!, QUE ME ACUESTO!… ¡HASTA MAÑANA! ...
    ... Diego se había tumbado en la cama, esperando que saliera de la ducha; y olisqueaba entre las sabanas, disfrutando de ese olor a macho. Cuando Rafa apareció por la puerta, se sobresaltó un poco; pero después de mirarle fijamente a la cara, bajó la mirada y posó sus ojos en esa pequeña toalla que llevaba enrollada en la cintura. - ¡Bueno!, ¿de que quieres hablar conmigo?, dijo Rafa, prácticamente susurrando. Y ¡por favor!, habla mu bajito, que mi hijo está durmiendo ¡vale? - ¡Joder, tío!… es que me gustas mogollón... Le puso la mano en el paquete y le miro con ojitos de cordero degolláo - ¡Chsss, chss, chss!, un momentito. Que eso cuesta dinero ¡eh! Y tu, no creo que tengas pa estos vicios… - Yo soy capaz de romper la hucha, si es dinero lo que quieres. ¿Cuanto me cobras? - ¡A ver, tío! Tu eres mu joven para pagar. Así que, olvidate del tema ¿vale? - Es que no veas como me gustas, tío... - ¡Mira!… ¿como te llamas? - ¡Diego! - Diego. Lo que tu viste antes por la ventana, ocurrió porque tengo que cuidar de mi madre y de mi hijo... y ahora, no tengo curro. Pero a mi no me gusta eso ¿vale? Diego se quedó callado; y le miró decepcionado y casi rendido. Y se levantó para irse, aceptando la negativa... - ¡Además!, aquí no podemos hacer nada… ¿no te das cuenta?; y levantó el entrecejo, mirando hacia la puerta de la habitación. Al oír esto, Diego se acercó a él y se arrodilló, poniéndole las manos sobre las rodillas; y en un susurro le dijo - Sube al 9º A, dentro de un rato. Te esperaré en ...
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