Me hacen tragar vergas y más vergas
Fecha: 21/12/2017,
Categorías:
Gays
Dominación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
Si algún lector lo necesita puede leer la parte inicial de mi historia:Fui iniciado por mi tío Eliseo. Ellos, primero tío Eli, que me inició sexualmente, y enseguida el señor Manuel, me habían convertido en la putita que soy, una putita insaciable con hambre permanente de vergas; una putita mucho más putita que la más putita de todas las putitas. Les recuerdo que tengo dieciocho años pero aparento quince o dieciséis y que por decisión de mis dueños llevo el pelo castaño largo hasta los hombros y las cejas depiladas, detalles que acentúan las sugerencias femeninas de mi figura. Si algún lector lo necesita puede leer la parte inicial de mi historia: Fui iniciado por mi tío Eliseo. Una tarde, en casa del señor Manuel, cuando éste y mi tío me habían usado a fondo por el culo y por la boca y yo me había masturbado y bebido mi propio semen, me atreví a hablarles de mi deseo. Estábamos en la cocina, donde ambos tomaban cerveza y yo una gaseosa, desnudo y de pie ante ellos para que pudieran contemplarme, como les gustaba. -Tío Eli, señor Manuel… quisiera… quisiera pedirles algo… -empecé muy nervioso. -¿Qué pasa, Jorgito? Hablá… -me autorizó mi tío y entonces cobré coraje impulsado por ese deseo que sentía cada más con más fuerza. -Tío, necesito… necesito… ay, me da vergüenza… -vacilé con la cabeza gacha. -¡VAMOS, MOCOSO, HABLÁ DE UNA VEZ! –se impacientó el señor Manuel y su reacción me asustó. -Sí… Sí, señor Manuel, pe… perdón… Es que, bueno, me… me gustaría que ustedes me… me ...
... compartan con… con otros señores… -pude decir por fin con un hilo de voz. Después de un instante que me pareció eterno los escuché lanzar una carcajada y enseguida el señor Manuel dijo entre risas: -Está cada vez más putito tu sobrino… -Ya veo. –contestó mi tío. –No le alcanza con dos vergas… Me calienta que lo hayamos emputecido tanto… -A mí también me calienta… ¿Y qué pensás, Eliseo? -Que hay que darle el gusto a la nena… -¡Eso es! –coincidió el señor Manuel. -En el club tengo varios amigos con los que juego al ajedrez y a las bochas; mañana les voy a hablar de Jorgito y vemos qué pasa, ¿qué opinás? -¡Totalmente de acuerdo!... Pero oíme, ¿son de confianza esos tipos? No te meterán en un problema, ¿cierto? -Quedate tranquilo, son gente derecha, si les va Jorgito vamos a gozar como locos… Entre todos lo vamos a coger hasta por las orejas… Yo los escuchaba sin mirarlos, siempre con la cabeza gacha, ardiendo de calentura, una calentura que tenía que ver con esa posibilidad de comerme varias vergas, pero también con que me estuvieran humillando al hablar de mí como si yo fuera apenas un objeto, un ser sin voluntad y en cambio sometido a la voluntad de esos dos hombres que me dominaban completamente. -Tío… -me atreví a preguntar… -¿Mañana vengo acá? -Si, mañana venís acá y te entregás a Manuel mientras yo voy al club a arreglar todo. Si la cosa sale como espero, al día siguiente te llevamos ahí y te presentó a los amigos. “Te llevamos”, dijo tío Eli, yo no iba, me llevaban como se ...