Memorias de un viejo putero - 1ª parte
Fecha: 11/09/2017,
Categorías:
Confesiones
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Manuel, tengo casi 80 años y a mi edad ya no puedo follar como antes, necesito tomar la pastillíta azul o cualquier otra para que mi miembro pueda funcionar como cuando era joven. El sexo me sigue gustando como antes, pero necesito ayuda para poder hacerlo. Hace poco he recordado como me inicié en esto del sexo y quería escribir unas memorias antes de que la memoria me falle y también antes de que las pastillas no me hagan efecto y no pueda volver a hacerlo. Vivíamos en un pueblo pequeño, donde casi todos nos conocíamos. Yo había tenido alguna novia, pero nada importante, solo nos habíamos dado algún beso inocente o algún tocamiento pero nada más. Mi padre me pilló una vez masturbándome, pero no me regañó, me dijo que ya era lo suficientemente mayor para hacerlo, pero que no abusara demasiado ya que podía quedarme sin “energías”, jeje, la mentalidad de la época. A mi me gustaba mucho el sexo, para que negarlo, y por aquel entonces seguía masturbándome siempre que podía, mi libido estaba por las nubes. Cuando llegué a la mayoría de edad, un día mi padre me reunió a solas y me dijo: -Ya eres adulto y ya tienes edad de que tengas sexo. ¿Nunca has hecho nada con tus novias, verdad? -Nunca papá, le contesté. -Mañana iremos al club de la carretera. Las chicas de allí te quitaran le virginidad, me dijo sonriente. Al día siguiente llegamos allí temprano. Mi padre le contó a mi madre que íbamos a la ciudad a comprar unas herramientas que nos hacían falta para reparar ...
... el tractor que teníamos. El club estaba poco iluminado, como luego descubriría en muchos otros, y las chicas revoloteaban a nuestro alrededor al ser los únicos clientes por ser tan temprano. Nos acercamos a la barra y dos chicas se unieron a nosotros. -Hola guapos, que temprano venís por aquí. -Pues si, madrugar hace que el día sea mas productivo. Contestó mi padre. Una de ellas se dirigió a mi. -Hola, ¿qué tal? -Bien, contesté un poco cortado. -¿Es tu primera vez? Me preguntó. -Si, le dije bajando la cabeza tímido. Entonces se fueron acercando más chicas a nosotros. Mi padre me cogió del hombro y me dijo: -Escoge la que mas te guste. Yo miré a todas y escogí a una chica muy guapa, morena, pechos normales, caderas un poco anchas, no demasiado, con unas piernas bonitas. Me cogió de la mano y me llevó al piso de arriba. Oí a mi padre decir que lo pasara bien. Entramos en una habitación pequeña y me quitó ella la ropa. Me indicó que me lavara en un pequeño bidé. Hice lo que me dijo y después ella me secó con una toalla pequeña. Esto hizo que me pene empezara a elevarse un poco. -Que bonito pene, me dijo, no estas circuncidado. -Pues si, le respondí. Ella se quitó la ropa y se quedo desnuda delante de mi, yo me había ruborizado. -Tranquilo, no tengas miedo, yo te guiaré. Me tumbó en la cama y empezó a chupar mi miembro. -Uff, decía yo, que gusto. -¿Ah que si? Ya verás que bien. Que te la chupe una mujer es mejor que te la menees tú. Ella siguió un rato mas hasta que vio que casi ...