Lo seguimos haciendo - Relatos Eróticos

Lo seguimos haciendo

Al comienzo de la crisis estábamos recién empezado el matrimonio y se notaba en nuestras caras de placer. Pero los chismes , los comentarios sobre ella empezaron a hacer mella en mi y todo derivó en malas caras y peor trato. Afortunadamente los dos trabajamos y lo sobrellevamos bien . Hemos hecho un pacto de compartir gastos comunes y espacios distintos . Todo funciona medio bien , ella me sigue gustando y su forma de vestir y su mirada me marean. Ella no sé lo que piensa pero sé que alguien le ronda. Ella duerme en el dormitorio principal y yo me acomodo en una cama simple. La tele no la miramos juntos para no tener más disputas. Cada uno la suya. Pero los dos somos jóvenes y mi cuerpo me pide guerra . No tengo tiempo para buscarlo fuera y le espío a ella detrás de la puerta . Su cuerpo me emociona y me empalmo hasta que ya no puedo más y descargo. Le he propuesto hacerlo pero me da largas.Espero algo porque lo presiento . Ella también me mira a hurtadillas. Además hacerlo ahora me da más morbo ...

... porque no hay compromiso sino sólo placer. Pero es cierto que ella sale con otro , a pesar de ello me pone más. No lo hace en casa o al menos no lo he visto. El viernes rompí de palabra expresando mi malestar sexual a pesar de mis continuas masturbaciones. Le expresé mi deseo de practicar por recordar los viejos tiempos. Me miró y no contestó . Pero le vi en la cocina con una lencería provocadora y le alabé el gusto . Tomó mi mano y fuimos a su cama . Lo hicimos. Luego el silencio . Llevamos ya dos meses así , lo hacemos el fin de semana satisfactoriamente. Ella se viste con su mejor lencería y yo pienso que salgo con una profesional. Todo va bien por el momento . Pero ya barrunto algo , me ha pedido que me vaya. Lo haré y me ausentaré . Pero me ha hecho una promesa , estará a mi disposición cuando realice una llamada perdida el fin de semana y ella se pondrá en contacto conmigo. Es una salida que me satisface . Creo que va a hacer doblete y luego ... En seis meses tendré la respuesta a mi enigma