1. Ana y el jardinero


    Fecha: 17/12/2017, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo Duro Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Ana y el jardineroEsa tarde regresé temprano desde mi oficina. Víctor estaba de viaje, así que tenía por delante un par de días de soledad y tranquilidad.Apenas traspasé la puerta de entrada, sentí una presencia detrás de mí, pero cuando intenté girar mi cabeza, recibí un tremendo golpe en la nuca que me dejó sin sentido.Cuando desperté me encontré que estaba boca abajo en una cama suave, desnuda, atada de pies y manos; los ojos vendados, pero sin mordaza.Intenté levantar mi cabeza pero sentí un dolor tremendo, fruto del golpe recibido. Abrí mi boca para gritar y pedir auxilio, pero recibí un cachetazo de alguien que me convenció de no volver a hacerlo. Una puerta se abrió y presentí que me habían dejado sola en ese lugar.Era imposible desatarme; traté de moverme, pero fue en vano.Estaba aterrada, totalmente a merced de mi captor. Estuve así un largo tiempo, sola, desamparada, sintiendo frío en mi cuerpo desnudo.Finalmente alguien entró a la habitación y se sentó en la cama. Yo lo insultaba a los gritos pero ese alguien no emitía ni una palabra. Me dio otro cachetazo y entonces me callé definitivamente.Sentí que dos manos algo callosas y rústicas se posaban sobre mis nalgas y las abrían delicadamente. Enseguida una boca se hundió entre mis labios vaginales, provocándome dejar escapar un suave gemido de sorpresa.Una lengua comenzó a juguetear con mi clítoris. Parecía la lengua de un hombre. Intenté resistirme y volví a recibir otro cachetazo y fue ahí donde escuché su tono de ...
    ... voz, que me resultó conocida pero no puede distinguir"Relájese señora, que hoy va a gozar como nunca".Luego introdujo un par de dedos en mi concha y con ello comenzó a robarme mis primeros gemidos.Después de provocarme una buena lubricación con mis propios fluidos, sentí que acomodaba la cabeza de su pija entre mis labios vaginales.No me dio tiempo ni a protestar, ya que en un segundo sentí que me partía en dos con una gruesa verga, hundiéndose hasta el fondo de mi vagina.Lancé un agudo alarido de placer que retumbó en toda la habitación. Sentí que era un miembro muy grueso, viril pero sobretodo soberbio. Increíble.Me pegó apenas tres bombeadas más y me dejó totalmente empapada.Siguió moviéndose con ritmo sobre mi cuerpo, enterrándome su verga cada vez más profundo con cada embestida. Finalmente decidió arrancarme la venda de los ojos y lo primero que distinguí fue que me estaban cogiendo en el dormitorio de mi casa, en mi propia cama.Giré mi cabeza para ver quién me estaba cogiendo y me quedé petrificada. Era nada menos que Don Anastasio, nuestro jardinero, un hombre bastante mayor que había trabajado temporalmente para nosotros durante años.“Vio, señora, yo sabía que alguna vez iba a disfrutar de su linda conchita”.Dijo sonriendo al ver mi cara de sorpresa, mientras seguía taladrándome con esa pija demoledora.Sentí bastante rechazo porque jamás había pensado que un hombre así podría cogerme, pero enseguida me abandoné a sus deseos y hasta diría que me excitaba que tuviera ...
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