Los convivencia con la ex alumna- parte 2 - Relatos Eróticos

Los convivencia con la ex alumna- parte 2

... nunca, ninguna droga se igualaba a lo que estaba sintiendo.  Finalmente la otra noche, termine de empacar, vacie la heladera, y fui a donde estaba Mayra.

Era de madrugada cuando llegue. Repeti los pasos, de la vez anterior, me fije no haber llamado la atencion, trabe las puertas, puse candados en el porton del garage. con las cosas que llevaba intente hacer la casa desocupada un lugar mas habitable, hice conexion electrica para tener luz, conecte el televison viejo, infle el colchon, puse una hornalla para cocinar, en fin hice ese lugar un hogar. 

Finalmente baje al sotano, y ahi estaba Mayra, atadita tirada en el piso, inmovil. Corri porque pense lo peor, pero estaba viva, solo algo cansada, despues de mas de 24 horas sin comer, ni tomar agua, y ademas haciendo esfuerzo por liberarse, completamente en vano. Mi verga nuevamente dura, como un mastil. Esa remera sucia le marcaba las tetitas, y ademas estaba transpirada, parecia que su piel brillaba. La desperte, se asusto, quiso hablar, pero le era ...

... imposible, la sente en el suelo y le corte la cinta adhesiva de las piernas, despues me puse a su espalda, me puse un pasamontañas y segui desatandola. Cuandol le corte la cinta de las manos, inmediatamente se quiso sacar las vendas de la cara. Y la agarre violentamente de los pelos de la nuca, la traje contra mi boca y le hable al oido. "ni se te ocurra tocarte la mordaza, mientras estes aca, siempre vas a tener algo en la boca, entendiste?" Ella asintio con la cabeza, note que estaba llorando. Le saque la cinta y lo primero que vi son sus ojos cafes, y su cara de miedo, esa expresion por poco hace que me eyacule en mis pantalones. Despues descubri su boquita, esa en la que antes tenia dientes grandes, hoy era un labios mas carnosos, y finalmente le saque el trapo sucio. Ella tosio, y mientras tosia y escupia en el suelo, le tape la boca con mi mano, por que? simplemente queria sentir su boca caliente en la palma de mi mano, no habia otra razon. "bueno vamos arriba", y subimos. Su calvario estaba empezando.