UNIVERSITARIO 7
Fecha: 08/12/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Llevaba ya semana y media desde que oficialmente había sido nombrado como la perra personal de Pablo, y desde entonces se me había prohibido completamente tocarme la polla absolutamente nada que no fuese mear. Los huevos me empezaban a molestar y los tenía bien cargados y sensibles. No sabía si podría aguantar mucho más así, y deseaba que se me diese permiso para poder correrme. PARTE 1: / PARTE 2: / PARTE 3: / PARTE 4: / PARTE 5: / PARTE 6: / Llevaba ya semana y media desde que oficialmente había sido nombrado como la perra personal de Pablo, y desde entonces se me había prohibido completamente tocarme la polla absolutamente nada que no fuese mear. Los huevos me empezaban a molestar y los tenía bien cargados y sensibles. No sabía si podría aguantar mucho más así, y deseaba que se me diese permiso para poder correrme. Por otro lado, las reuniones con Pablo iban variando de lugar. De los baños de al lado de la biblioteca nos habíamos movido a otros mucho más concurridos, como los de la cafetería, o incluso se la llegué a chupar en el aula, entre las sillas de los alumnos. una vez que ya se había ido todo el mundo y la facultad empezaba a quedar ...
... desierta. Si no recibía ningún mensaje significaba que nos encontrariamos en el baño de siempre, como era costumbre. A veces llegaba y no encontraba a nadie, alegando después que ese día no le apetecía madrugar mas. Una vez llego a hacerlo durante tres días seguidos, con lo que por un lado me empezaba a molestar y por otro me ponía aun mas cachondo, dándome cuenta de lo mucho que lo necesitaba. El día de hoy era uno de esos, en los que no había recibido ningún mensaje. Me dirigí al baño, me quite la camiseta como tenía ordenado, y entre dentro. No encontré a nadie, ni a Pablo ni, gracias a dios, a Víctor, del cual solo había recibido miradas cabronas y comentarios en clase o por whatsapp. No me quise ir sin comprobar que, efectivamente, no había nadie. Suerte que lo hice, puesto que si no se me hubiese entrar en el cubículo de siempre no hubiese visto lo que allí habia. Se trataba de una bolsa de plástico con un post-it pegado a ella: "Para mi esclavo. Vete preparando y no faltes a clase". Sin duda era para mi, de eso no cabía duda. Abrí la bolsa con sospecha de lo que podía encontrar y allí pude ver un dildo y un botecito de lubricante. Era bastante mas grande del primero que use, pero aun así ligeramente mas delgado que la polla de mi amo. No se a que tenia que prepararme exactamente, pero era casi seguro que la intención de Pablo era que lo llevase puesto. Me baje los pantalones, cogí el dildo y empecé a introducirlo en mi culo. Con la ayuda del lubricante no me costo tanto ...