El mejor amigo de mi hermano
Fecha: 11/10/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Selulana, Fuente: computo.ru
... pude más, hasta que finalmente las lágrimas desbordaron mis ojos y comenzaron a caer por mi rostro. Guille se acercó a mi rostro y la limpió con su mano derecha, a la vez que me daba un sensual beso en el cuello.
- Ya está, campeón, está toda dentro. – dijo Guille.
- Duele, duele mucho… - acerté a decir, mientras las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.
- Ya ha pasado lo peor, te lo prometo. – se acercó a mí y me dio un abrazo.
Estábamos totalmente fundidos en aquel abrazo interminable, su piel con su piel, él dentro de mí, yo rodeándolo con mis brazos y piernas. Me sentía lleno, de felicidad, de dolor, de placer…, un mix bastante extraño. Guille se separó de mí y me interrogó con la mirada si estaba listo. Yo me sequé las lágrimas de las mejillas y asentí con la cabeza. Guille se echó un poco hacia atrás y sacó parte de su pene de mi interior, que se sintió vacío en su ausencia, para volver a meterlo y llenarme entero de él. El dolor fue remitiendo para dar paso a un placer intenso en cada una de sus embestidas. Guille comenzó a aumentar el ritmo de sus sacudidas y a meter y sacar su pene casi entero. El ruido que hacía su ser al chocar con el mío era muy alto, pero en aquel momento nada de eso importaba.
Yo no podía aguantar más: la excitación, el placer, los sonidos que salían de nuestras bocas fue demasiado para mi castigado pene, que estaba deseoso de tener un gran final. Este llegó cuando Guille metió hasta el último centímetro de su ...
... ser dentro de mí, tocando algún punto que me hizo explotar en un orgasmo enorme. De mi pene comenzaron a salir trallazos de leche, mientras que Guille me tapaba la boca con su mano para que no hiciera ruido y sentía cómo él también se estaba corriendo dentro de mí. Mi semen acabó por todo mi abdomen y por toda mi pelvis, mientras que mi ano palpitaba con el pene de Guille desinflándose dentro de mí. Ambos estábamos jadeando y empapados en sudor. Guille sacó su pene fuera de mi recto, agachó su cabeza hasta la mía, me miró durante un segundo a los ojos y me plantó un beso en la boca. Acto seguido, se echó a mi lado y se quedó completamente dormido.
No me podía creer todo lo que acababa de pasar. Me sentía raro, entre asqueado por lo que acababa de hacer y flipando con cómo lo había pasado. Me levanté y cogí de nuevo el rollo de papel higiénico. Me limpie la barriga y mis partes de los restos de mi corrida y me entraron unas ganas urgentes de ir al baño a hacer de vientre. Allí en el cuarto de baño, hice mis necesidades, con un dolor agudo en el culo. Miré al wáter y no había sangre, con lo que me quedé más tranquilo. Me enjuagué con agua la cara y volví a mi cuarto. Cogí mis calzoncillos y me los puse de nuevo. Cogí también los de Guille y se los puse como buenamente pude. La cama estaba empapada de sudor, pero no hice mucho caso y me tumbé al lado de Guille. Me costó muy poco dormirme. De hecho, parecía que me había dormido hace 5 minutos cuando el Sol ya entraba por la ...