TRES PENES INOLVIDABLES (Tercera parte)
Fecha: 29/09/2020,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Hernando, Fuente: computo.ru
... puedes hacer encuentros increibles !..."
y Hans agregó :
- "Tú, con tu color de piel, tu tez bronceada, causarías estragos !... Con todas las chicas ! En serio !... Y incluso con muchos chicos !... Allá estoy seguro a muchos les gustaría acostarse contigo..."
- "Por qué ? Tu crees que soy atractivo ?..."
- "Por supuesto... Lo sabes !... sabes que eres realmente sexy... No hagas el inocente !"
Lo que Hans me decía me hacía soñar que podría otra vez vivir con él momentos de placer tan extraordinarios como los que había experimentados en Cartagena. Estaba feliz de que, sin esfuerzo, pude conocer a un chico aparentemente muy centrado como yo en el sexo. Después de las clases conocí a su madre que accedió a llevarme en carro hasta mi casa, evitándome tomar el bús del colegio. Primero ella pasó frente a su casa para que yo supiera dónde vivía Hans, y luego me dejó frente a mi edificio. Nuestras direcciones eran muy cercanas.
Unos días más tarde, al final de una clase de gimnasia, Hans y yo nos encontramos solos en el vestuario. Todos los demás ya se habían ido. Nos estabamos vistiendo. Yo miraba su cuerpo. Era impresionante, muy poderoso, con brazos musculosos, pectorales y abdominales bien dibujados, y muslos imponentes como los de los futbolistas. Su cuerpo estaba totalmente lampiño, al menos en las partes que podía ver. Tenía una piel de bebé, blanca, lisa, seguramente suave al tacto. Mi mirada estaba remachada en sus bóxers cuyo bulto me pareció sin ninguna ...
... comparación con los de los otros compañeros, que yo también había observado cuando se vestían. Estaba realmente fascinado por el cuerpo de Hans. Y él se dió cuenta...
Con su mano apretó su paquete marcándolo y mostrandome la erección que ya empezaba. Por unos momentos me perdí en esa imagen... Luego retomé mi compostura. Hans se bajó sus bóxers y comenzó a menear su verga. Por primera vez veía el mechón de pelo rojo y rizado que estaba por encima de su polla, y sus dos enormes testículos colgando debajo. Miré con interés estos magníficos genitales, preguntándome cuales podrían ser sus dimensiones cuando Hans alcanzaba su máxima excitación... Mi amigo rubio seguía meneando su verga que ya empezaba a liberar precum. Yo quedaba hipnotizado por ese pene blanco, gordo, con su tentadora cabeza rosada y húmeda. El me tomó de la mano y me guió a su pene. Pero yo me resistí, a causa del temor de ser descubiertos. Hans tomó otra vez mi mano y la puso sobre el tronco de su miembro. Tenía una deliciosa textura, y se sentía muy caliente. Comencé a mover la mano de arriba abajo, y noté que entre palpitaciones empezaba a endurecerse y incrementar su tamaño. En segundos su pene se encontraba completamente erecto. Pero ya no podía evitar el susto y el sentimiento de culpa y de extrañeza que me producía el estar pajeando a otro chico en el vestuario. Pero al mismo tiempo una parte de mí prefería olvidar lo malo y riesgoso para exacerber lo rico y prohibido...
Acerqué mi boca a este aguijón blanco ...