Don Alfredo. - Relatos Eróticos

Don Alfredo.

... Alfredo.  Muerto de vergüenza y miedo le hice caso, quedando ante ese viejo degenerado completamente desnudo. Por algo se abre la bata y lo único que tenía debajo era un slip color rojo. Qué es lo que quiere Don Alfredo?? Pregunté con voz temblorosa. Y él frotandose  su paquete, que parecía muy abultado, me dijo vení, con cuidado y despacito, sácame el slip. Esa situación no solo me causaba miedo, me empezaba a dar  u cierto morbo. Gatear arrodillado, hasta llegar a la entrepierna del viejo, es como que un poquito me empezaba a gustar, porque en definitiva era un poco lo que anciaba, el hecho de estar con un hombre. Le fui sacando torpe pero muy despacio el slip, y don Alfredo con esa mirada fija, lasciva y de generada me observaba, yo, mirándolo con vergüenza a los ojos, no pude más que sorprenderme al tener ante mis ojo un monstruo" semi erecto. Que al liberarlo del slip, se incorporaba como si tuviera vida propia. Arrodillado, entre medio de sus piernas, con ese " coso" muy cerca de mi cara. Chupalo bb !! Me ordenó con vos cadenciosa. Ya esa situación me estaba haciendo derribar los últimos atisbos de miedo, dando paso a un cosquilleo por mi cuerpo, empezaba a experimentar una erección. Ponerla en mi boca y mirarlo a los ojos a don Alfredo hizo que esa bestia de veintipico de cm y muy gruesa se pusiera como un fierro de dura. Abrí mi boca lo más que pude y me la mandé dentro. Placer que no había experimentado, le pasaba la lengua por su glande ya descubierto y la fui ...

... metiendo lo más que pude, provocándome arcadas, la sujeté con las dos manos e instintivamente comencé a subir y bajar por el tronco, chupando y masajeando. Ya no había miedo, lo que estaba haciendo me calentaba , y mucho, estaba disfrutando de esa poronga terrible. Cubría de baba y lo limpiaba a la vez, mientras lo recorría con mis manos. Don Alfredo le gustaba lo que yo le estaba haciendo, sus gemidos y exaltaciones lo aseguraba. Tomaba wisky Y me acariciaba el pelo y la nuca. Mis labios y mi lengua lo recorrían todo, era impresionante lo grande y duro que lo tenía!!! Mi accionar era cada vez más frenético, don Alfredo estaba casi derretido en el sillón, entregado a mi accionar. Ya para ese momento por nada del mundo dejaba de hacer lo que estaba haciendo. Por momentos me llevaba la mano a mi pito y estaba que reventaba. Miraba de reojo al viejo y lo veía entregado a una pasión que ni el con su plan hubiera previsto. Se la chupaba como si fuera un experto, los motivos recurrentes de mis pajas estaban siendo una realidad hermosa. Con mi mano izquierda lo masturbaba sin sacar la boca del glande y el tronco y con la derecha le zobaba sus huevos enormes. No sé el tiempo que se la estuve chupando, pero el viejo comenzó a gemir y respirar más fuerte no hice caso y seguí haciendo, cuando tomó con las dos manos de mi cabeza y casi atragantandome con la pija intensificaba mis movimientos, si..si..si ...gritaba. yo no paraba por más atragantado que estaba por momentos, hasta que un ...