Experiencia con una sumisa
Fecha: 06/12/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: pablodf1977, Fuente: SexoSinTabues
... ella apresuraba el paso, repitiendo la misma acción por cinco veces más y después de cansarme de pasearla, la puse delante de la repisa y la levanté, jalándola de la correa y empujándola de la cabeza, dejándola con las manos apoyadas en la repisa, frente al espejo de la misma, con las piernas abiertas. A continuación, puse mi pierna entre las suyas y las empujé hacia los lados, para que las abriera más, en ese momento, la jalé de su cabello y me acerqué a su oído, susurrándole “ahora, puta, voy a darte lo que has estado deseando”. Enseguida, me desabroché el pantalón y le puse mi verga en su vulva, metiéndosela de un golpe mientras ella empezaba a gemir porque la penetraba con fuerza y otra vez, la jalé del cabello para penetrarla con más fuerza, diciéndole “mírate al espejo, puta, mira la cara de perra que tienes mientras te meto la verga, por eso estás aquí y siempre estarás para cuando quiera usarte”. Con eso, ella gemía con más fuerza mientras decía “sí, amo, esto es lo que deseaba, que me usara como su puta”, enseguida la llevé a la ventana y apoyándola en el cristal, volví a penetrarla, abriendo las cortinas y volviendo a jalarle el cabello, diciéndole “levanta bien la cara, perra, mira como todos van a verte mientras te meto la verga, todos sabrán que eres una puta”. Ella levantó la cara, diciendo “solo lo hago porque usted me lo ordena, amo” y seguí penetrándola con fuerza hasta que jalé sus nalgas contra mí con fuerza, viniéndome. Al terminar, la llevé a la cama, ahí ...
... la tire ahí boca arriba y fui por la bala vibradora, ordenándole “abre bien las patas, putas”, lo que hizo de inmediato, luego encendí la bala vibradora y empecé a pasársela por su vulva, se la recorría por completo y me detenía en su clítoris, ahí me quedaba unos momentos para después metérsela en su vagina, para luego sacársela y volver a ponérsela en su clítoris. Mientras usaba la bala, escuchaba sus gemidos y veía su rostro y las muecas que hacía al sentirlo hasta que decidí que era tiempo de metérsela en su vagina, comenzando a metérsela y a sacársela; en ese momento, vi cómo sujetaba las sábanas con fuerza y le indiqué “puedes venirte, perra”. De inmediato, todo su cuerpo se tensó, estaba viniéndose y cuando hubo terminado, se quedó recostada, en ese momento me recosté a su lado y ella se me acercó, apoyándose en mis piernas y tomando mi verga con sus manos, dijo “gracias, amo, era lo que deseaba”. Estuvo acariciándome mi verga algunos minutos mientras yo descansaba y hablaba con ella de lo obediente que había sido y que estaba complacido con su comportamiento. Cuando estuve recuperado, me levanté, la jalé de las piernas y empecé a penetrarla de nuevo, jalándola de la correa y mordiéndole sus tetas, ella solo gemía mientras incrementaba el ritmo, Después de algunos minutos, ya estaba a punto de venirme, entonces la jalé al suelo y la hinqué delante de mí mientras le decía “mámame la verga, perra”, lo que hizo enseguida para que terminara en su boca, tragándose mi leche ...