Mi mujer arregló los problemas económicos.
Fecha: 03/12/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
No sabíamos que hacer ya. La situación económica era francamente mala y a pesar de que ella trabajaba como abogado, no nos llegaba a fin de més. Incluso Sofía ya me estaba regañando todo el día, y yo notaba que su admiración por mí ya no existía. En realidad yo trabajo en las cosas de la casa: Lavo la ropa, preparo la cena, porque ella come normalmente fuera, y tengo todo planchadito y a punto. Una tarde, me encontré con un amigo que tiene un local con chicas de alterne en un barrio de mi ciudad cercano. Se llama José. ¡Hombre, Antxón! ¿Cómo te va? Me preguntó….¿Y Sofía? No pude resistirme a contarle la verdad. Yá sé que José es un elemento peligroso y malencarado, pero yo le necesitaba. ¿Por qué le necesitaba? Sofía siempre había tenido una fantasía sexual de ser una profesional del sexo; Le encantaba que yo le pagase sus servicios y sentía un morbito especial al pensar en el dinero que podría ganar… Bueno, pues a mí se me había ocurrido unir éste interés con la posibilidad de que ganase un dinero fácil, con clientes de José, y así recuperar nuestra maltrecha economía. Al preguntar a José si en su opinión mi mujer podría ganarse a los clientes, y al advertirle de que ella no sabía nada, él me dijo que ya no se acordaba bien de Sofía, y me propuso que nos viéramos todos alguna día. Le invité a cenar un sábado en mi casa, él me dijo que se haría acompañar por su jefe de local para que la opinión fuera certera y nos despedimos amistosamente.¡Hasta entonces! Al llegar por la ...
... noche a casa, se lo conté a Sofía. No le dije, sin embargo, el verdadero motivo de la reunión, pero ella se alegró de todos modos..¡habíamos bromeado muchas veces sobre la posibilidad de que ella trabajara como puta en su local, durante las fantasias sexuales! El día de la cena llegó. Sofía y yo preparamos una cena abundante, y todo estaba preparado. El timbre sonó. José venia escoltado por su jefe de local, Arturo y los dos venian sonriendo.¡Hola, Sofia, Hola Antxón! ¡Cuánto tiempo! La cena transcurria amena y divertida; El vino era aceptable y la conversación giraba en torno al local de José y lo mucho que ganaban las chicas que trabajaban con él. Sofía estaba impresionada por lo mucho que se podía ganar atendiendo a los clientes, preguntaba y preguntaba todo lo que se le ocurría..¿ Y, se puede dejar cuando una lo quiera? ¿ Qué porcentaje se queda cada una? Yo decidí romper el hielo…y pregunté a José si en su opinión una mujer como Sofía podriá también trabajar para él, y cuánto podría ganar. La respuesta de José sorprendió a Sofía. La cantidad era enorme. ¿Sí? ¿Tanto? Dijo ella. Sí, pero Sofia, cariño, no sabemos cómo estás aún físicamente. Objetó José. Y le propuso hacer un streaptease allí mismo, para comprobarlo. Sofía entró al trapo. Me miró, yo asentí, y se fue a la habitación para cambiarse. Todo iba bien. Yo mientras, serví el postre y los cafés. José y Arturo se encendieron unos grandes habanos y un poco de cognac cada uno. Sofía entró con aire ceremonial. En ropa ...