Quise probar..
Fecha: 03/12/2017,
Categorías:
Anal
BDSM
Gays
Autor: jmbig, Fuente: xHamster
... una ducha refrescante, de ponerme ropa cñmoda y preparar una cena liviana decidë encender la computadora y conectarme a Internet. Me encontraba chateando con algunos amigos cuando recibo el aviso de un nuevo mensaje de correo. Cuando lo reviso comprendë que mi mensaje habëa llegado a destino y que muy pronto tenëa respuesta. El Amo me esperaba al dëa siguiente casi entrada la noche en una esquina y me daba varios detalles para reconocerlo.La hora de la cita concordaba bastante bien con mi salida del gimnasio, asë que ese dëa me preparé para la experiencia. Fui al gimnasio con ropas deportivas, pero llevé en mi bolso un jean prelavado, una playera que me quedaba bien ajustada y un par de zapatillas limpias. Terminada mi rutina me di una larga ducha en el gimnasio y me cambié de ropa. Antes de abandonar el local me miré al espejo y me guiïé un ojo a mi mismo sonriendo, como aprobando lo que veëa y animándome a enfrentar la nueva experiencia que me proponëa a mis 28 vigorosos aïos.Tuve que caminar despacio, detenerme a propñsito frente a algunos escaparates y dar un par de rodeos para llegar a la esquina de la cita a la hora convenida. Ese tiempo me sirviñ para convencerme plenamente de que estaba decidido a hacerlo y relajar toda tensiñn. Creo que no habëan pasado más de dos minutos desde mi llegada a la esquina convenida cuando sentë una pesada mano que se apoyaba en mi hombro. Al volverme me di cuenta en el acto de que se trataba del Amo. Corpulento, de anchas espaldas, ...
... totalmente rapado, vistiendo ropas negras, con anteojos oscuros, barba de candado y un païuelo negro atado a modo de muïequera. Es casi todo lo que vi de él porque a partir de ese momento sñlo me permitiñ ver o sentir parcialmente partes de si mismo y de los lugares en que me encontraba. Me hablñ de manera seca y cortante: “...muy bien esclavo, comenzarás a obedecer desde este mismo instante. Baja la mirada y camina detrás de mi lo suficiente para no perderme de vista. Hablarás poco y nada y tu lenguaje será ³si, amo³...³no, amo³. De acuerdo?...” “Si, Amo”...respondë.Se colocñ al frente y comenzamos a caminar a paso firme. Con la mirada baja sñlo podëa ver sus botas negras y las perneras de sus pantalones que parecëan a punto de reventar aprisionando unas pantorrillas musculosas y duras. Habremos caminado unos 200 metros cuando en un rápido movimiento se puso a mis espaldas, abriñ la puerta trasera de un automñvil, me tomñ por el cuello y me introdujo en su interior empujándome con la rodilla en el trasero. Con la misma rapidez y antes de que pudiera reaccionar me colocñ una capucha negra en la cabeza, esposñ mis manos a la espalda y puso el coche en marcha.Luego de unos 15 minutos de marcha en total mutismo el automñvil aminorñ la velocidad y se detuvo. Lo sentë descender y cerrar una pesada puerta. Era evidente que estábamos en una cochera y ya fuera de la vista de cualquier persona. Abriñ la puerta trasera y tomándome por las esposas me obligñ a seguirlo. Subimos por una ...