Un bello experimento
Fecha: 01/12/2017,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... un chico de color de unos 25 años. No era muy alto pero todo lo que le faltaba en altura lo tenía concentrado en la polla. Era descomunal, de unos 25 cm y gorda como mi brazo. Mar al verlo, dio un salto para agarrar aquella barra de carne que enseguida empezó a besar y a chupar, a la vez que se montaba y cogía a uno de los chicos. Hacérselo con un negro había sido hasta entonces uno de los mayores deseos de mi esposa. Cuando se le puso bien dura aquello era descomunal y oí como ella, que para aquel entonces ya estaba super cachonda, le decía al negro: El negro se colocó a sus espaldas en la arena, aprovechó para, después de habérselo lubricado bien con la lengua y distendido con algunos dedos, penetrarle el ano, y ella muy abierta de nalgas, empezó a introducirse aquel monstruo no sin bastante dificultad, a pesar de que ella ya había tragado algunos tarugos bastante grandes ya que, gracias a mí, posee una buena colección de consoladores. Una vez la tuvo toda dentro, con los cojones del negro pegados en su culo, entre los dos amigos la empujaron hacia adelante hasta que ella quedó pegada al pecho del chico con lo cual su culo quedaba totalmente ofrecido. Mar estaba fuera de sí por el tremendo gustazo que estaba recibiendo y no paraba de decir: - ¡Follarme, cabrones... así... me muero de gusto... oooh... como me gustaría que mi marido viera como se están jodiendo a su mujer! - y dirigiéndose al tercero, añadió - ¡Y tú ven aquí y méteme tu polla en la boca... las quiero todas ...
... para mí!. Al oír esto yo ya no pude aguantar más y salí de mi escondite con la polla en la mano, más dura que una barra de hierro. Me acerqué hasta ellos y mi mujer, al verme, se sacó la polla que tenía en la boca y entre jadeos, suspiros y con los ojos en blanco, me dijo: - ¡Cariño, no te enfades, pero me estaba masturbando cuando aparecieron estos hombres y... mira como hemos acabado!. - No te preocupes, lo he visto todo y mira como me he puesto - le contesté. Entonces cogió mi polla y se la llevó a la boca empezando a hacerme una soberbia mamada. Así estuvimos un buen rato en el cual me fue imposible contar los orgasmos que ella tuvo hasta que el hombre que follaba su coño, entre gritos de placer, se corrió llenándole la vagina de leche muy espesa que, cuando le sacó la polla, le resbalaba por las nalgas hasta pringar los huevos del negro. Yo aproveché la ocasión para, sacándole la polla de la boca, introducírsela en el ano, lo cual no me costó mucho gracias a lo abierto que lo había dejado la polla del negro y lo bien lubricado que estaba por la gran corrida que había tenido. Otro ocupó rápidamente su coño, bombeo un corto rato, y sacando su verga eyaculó gran cantidad de leche que Mar recibió en el vientre y el rostro, esparciendola sobre sus tetazas. Yo tampoco tardé mucho después de esto, y tras cuatro o cinco entradas en el culo de mi esposa me corrí en él, llenándoselo aún más del espeso líquido. - ¡Quiero chupártela y que te corras en mi cara! - le dijo entonces Mar ...