Cuando sobrino y tía explotan
Fecha: 27/11/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Anal
Autor: ynotmorela, Fuente: CuentoRelatos
Este será mi primer relato y para ello cambiaré el nombre de los dos personajes principales, mi tía -a la que llamaré Roxana- y yo. Para contextualizar, desde que nací mi tía y yo hemos sido muy unidos, era su consentido. Ella siempre ha sido muy guapa, estatura mediana, blanca con unos pechos medianos y unas nalgas bastante respetables; después de tener a mis dos primos pues si, perdió un poco de esa figura de Diosa pero tuvo un incremento de tamaño en su pecho que me dejaba estupefacto. Cuando empezaron mis años de adolescencia fue que la empecé a ver ya con otros ojos, me llamaba la atención de manera física. Para ese entonces ya había nacido mi prima pero a pesar del embarazo mi tía no perdió mucho de esa figura que arrastraba las miradas por las calles de los demás hombres que la veían en las calles. La cosa dio comienzo un día que ella fue a lavar a la casa de mi abuelo, ella aún vivía con sus suegros y no se sentía cómoda lavando su ropa en esa casa. En esa ocasión ella se encontraba un poco enferma y es tanta la confianza que me tiene que en aquella ocasión me dijo que le pusiera a lavar la ropa que traía en el bote. Eso sí, especificó solamente que la ropa blanca. Mientras separaba la ropa blanca de la demás vi que cayó un pequeño pedazo de tela al piso, en su momento no le presté tanta atención pues pensaba que solo de eso de trataba, un simple pedazo de tela. No fue así. Al bajar la mirada me di cuenta que era un hilo dental de color azul cielo, con unos pequeños ...
... vivos en blanco y naranja. Inmuebles tuve una erección, monumental; y es que para entonces ya me masturbaba y debo admitir que en ocasiones la fuente de mi inspiración era mía tía Roxana y era la primera vez que tenía una prenda de esas ante mis ojos, y dejen ustedes ante mis ojos, en mis manos. Comencé a temblar, estaba muy nervioso -imagino que por la adrenalina del momento-, dejé la tanga en el bote y le puse la tapa, rápidamente fui a ver qué estaban haciendo mi tía y mi abuelo y vi que ambos estaban acostados, pensé que ambos estaban dormidos pero mi tía (ya más dormida que despierta) me preguntó que si había puesto a lavar la ropa y le dije que si, después se olvidó del mundo. Mi abuelo roncaba. Regresé al patio y volví abrir el bote de la ropa, agarré la tanga y cuando me disponía a irme al baño a masturbarme me dio curiosidad si tenía más prendas como esa. No la pensé dos veces y me sumergí y ¡oh sorpresa! había cuatro más, un más provocadora que otra. No eran tangas como tales, pero si prendas que calientan cuando se les ve puestas a las mujeres, uno cachetero negro de encaje, una tanga beige con vivos en negro y un bóxer femenino guinda, eran majestuosos. Los tomé y me fui al baño, los olía y dentro de mi mente imaginaba como tenía a mi tía en diversas posiciones hasta que eyaculé sobre lmtnga beige, nunca había sacado tanta leche como ese día, las piernas me temblaban y mi grito lo tuve que ahogar porque seguro los habría despertado. Con el cachetero negro me limpié ...