La reeducación de Areana (19)
Fecha: 08/09/2017,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... tomaron de los brazos y las cuatro ingresaron en el amplio hall de la escuela, circundado por las aulas. Al baño se llegaba a través de una estrecha puerta al fondo, a la izquierda del hall. -Movete y ya sabés: entrás diez minutos tarde y te sentás conmigo. –le dijo Lucía dándole un empujón. -Sí, vamos, movete, movete. –se sumó Rocío empujándola también para sentir, una vez más e intensamente, ese nuevo y hasta entonces desconocido placer que a ella y a Guadalupe les había revelado Lucía. Ya en el baño, encerrada en uno de los compartimentos con retrete, Areana consultaba una y otra vez su reloj de muñeca, pero, para la ansiedad que la invadía, los minutos parecían haberse detenido en algún misterioso pliegue del tiempo. Por fin vio que eran las 8,09, aspiró una gran bocanada de aire, se alisó la faldita escocesa, tomó su mochila que descansaba sobre la tapa del inodoro y salió resignada hacia el aula. En el camino consultó la planilla del día, pegada en un pizarrón. Primera hora: geografía. Docente: Dora Godínez. No la había tenido nunca, era nueva, por el nombre: Dora, imaginó que se trataría de una mujer madura y se encomendó a Dios o a quien pudiera intervenir para atenuar lo que suponía le esperaba. “¿Qué le voy a decir?”, se preguntó sin encontrar respuesta mientras ceñía su mano temblorosa sobre el picaporte de la puerta del aula. Miró su reloj, eran exactamente las 8,10. Aspiro profundamente otra vez, con la boca muy abierta, soltó el aire con fuerza y entró al aula. ...
... Godínez estaba en ese momento frente al pizarrón, disponiéndose a iniciar su clase después de haberles dado a las alumnas un panorama de lo que iba ser el programa de la materia que ella dictaba. Al oír el sonido de la puerta al abrirse miró en esa dirección y frunció al ceño. -Buenos días, profesora… -saludó Areana con voz trémula. La docente endureció la expresión de su rostro y ordenó: -Presentesé, alumna. -Areana… Areana Kauffman… -pudo completar dificultosamente la esclavita, que temblaba de pies a cabeza intimidada por el aspecto de la profesora –alta y robusta aunque bien formada- y el aire de temible autoridad que emanaba de ella. -Ah, la famosa Areana Kauffman. Venga para acá. –ordenó la docente y dejó sobre el escritorio la tiza que empuñaba. Areana avanzó con la cabeza gacha y se detuvo a un paso de la Godínez. “¿famosa?”-pensó inquieta. “Deben haberle hablado de mí, de esa insoportable que yo era.” En el aula se hubiera oído el vuelo de una mosca, debido al pesado y absoluto silencio que reinaba entre las alumnas. -Quiero su explicación. –exigió la profesora. Areana tenía un torbellino en la cabeza y no lograba articular palabra hasta que finalmente le pareció encontrar una excusa creíble. -Perdón, señora, es que… es que estaba entrando cuando sentí que… que me bajaba la presión y tuve que ir al baño para… para sentarme y esperar que… que se me pasara… -Ahá… -soltó la profesora para después preguntar: -¿Estaba usted con alguien cuando empezó a bajarle la presión, ...