Un compañero especial 11 - Relatos Eróticos

Un compañero especial 11

Entra que veníamos, todo el camino jugueteando, ansioso por llegar a casa porque sabíamos el fin de semana que pasaríamos, cuando llegué a la puerta de entrada de mi PH, él me apoyaba y me empujaba de atrás, siempre riéndonos mucho. Entramos y dimos rienda suelta a nuestra locura, encima este muchachito tiene mucha energía. No dudamos en un segundo digamos las cosas en el piso, y y yo invité al baño a ducharnos, me puse en mi posición favorita que era apoyado con los brazos contra la pared, y apuntándolo con la cola lo invitaba a que me la coja. Sacó su terrible aparato, agitándolo para arriba y para abajo, me lo paso por toda mi zanja, apunto al agujerito y empezó hacer presión, esfínteres estaban tan dilatados por la calentura que le podría haber metido un poste de luz si quería. Me dio un poco y sigue empujando y yo me retorcía de placer, era hermoso porque al mediodía nos habíamos echado 3 tremendos polvos, y después de unas horas estamos cogiendo nuevamente, parecía que este este chico me inyectaba aparte de leche mucha energía, que tomaba por mis caderas y me daba sin compasión. Me arrancaba alaridos gritos y gemidos, te gustaba que le dijeran que me estaba partiendo el medio, que era un animal cogiendo, que me encantaba mucho lo que me hacía, y se me animaba a la oreja y me decía, decime qué te vas a quedar conmigo, decime qué me quiere sólo a mí, decime qué vamos a coger toda la vida, decime qué lo vas a echar a la mierda esos peruanos que te cogían antes, yo le decía ...

... todo eso y mucho más, no me importaba Carlos y mucho menos Brian, me seguía dando de atrás y a la ya potencia con la que me estaba dando aumento aún más el ritmo, yo me sacaba los pedazos de pija pajeandome, cuando mi chico comenzó a gritar me voy me voy me voy, me me acabo en la cola, sigue empujando para facilitarme mi acabada, pero después de tres polvos a la tarde no me iba a salir así nomás,sin embargo la tenía bastante dura pero no me venía por más que él con su hija ya no tan dura que seguía empujando. Vamos para la habitación, le dije. Me limpié lo que me acababa de dejar en la cola y nos secamos, fuimos para allá habitación completamente desnudos, yo la tenía a un 50%, y la estaba todavía un poco boba, me tiró en la cama, fue directamente a chuparmela, le puso muchas ganas, yo lo tomé de los brazos y lo invité a que se quede tenido conmigo, el dejo mi pija y abrazados nos empezamos a besar, nos quedamos un rato tranquilitos dándonos besos muy dulces y tocándonos suavemente, yo sentía como se endurecía su poronga. Ya me imaginaba que me cogería devuelta, nos besábamos mucho por todo el cuerpo, mi hija no se bajaba, entonces, fue ahí cuando me dijo que le chupe el culo, se puso apoyado en cuatro patas con los codos y las rodillas, trato de empinar la cola lo más que pudo arqueando la cintura, yo me coloqué de atrás, y tenía una imagen perfecta su precioso orto y sus huevos con la tremenda poronga cobrando, coloque mi boca en su orificio con mis manos separe las nalgas ...