Un compañero especial 8 - Relatos Eróticos

Un compañero especial 8

... de semana pero todavía aún, teníamos ganas de seguir cogiendo. Nos acostamos abrazados en la cama mientras no damos picos, así de abrazados como estábamos nos quedamos dormidos, previsor como ninguno Carlos había puesto el despertador, a las 6:30 de la tarde por las dudas que nos quedaremos dormido, teníamos todavía casi una hora para disfrutar el uno del otro, de ahí en más Carlos se iría a trabajar. Al saber el tiempo que nos quedaba volví a una de las posiciones que más nos gustaba a los dos el 69, chupaba su pija que nunca dejaba de gustarme todos los gustos que de ella salía. Mientras Carlos se esforzaba por meterme cada vez más adentro de la lengua en mi cola, y vuelta babiarle el pecho con mi pito, esa acción que tanto nos gustaba más la debemos haber hecho por unos cuantos minutos, a Carlos le costaba acabar por eso no me pedía que dejara de hacerlo, pero su pija igualmente estaba dura. De repente siento que con su lengua me empieza a tocar los huevos, yo empine aún más la cola para darle la posibilidad que estuviera más cómodo, ahí vino nuevamente el gran gusto tema no se llevó a mi pija su boca, se ayudaban con con la mano para hacer el trabajo y que no le llegará hasta la garganta haciendo le provocaría arcada, pero ya era otra cosa más, Carlos me estaba chupando la pija. Al cabo de un rato me acosté en la cama boca arriba, para que Carlos me cogiera como a una mujer, mi macho se puso encima mío y yo lo abracé con las piernas abiertas, levanto mi cola y me la puse ...

... hasta los huevos, y ahí empezó el traqueteo infernal, en una máquina de coger Carlos, no se cansaba veía sus ojos desorbitados, pasé mis brazos por su cuello abrazandolo, lo tenía prisionero con mis piernas lo abrazaba a su cintura y con mis brazos a su cuello y él me tenía ensartado, introducimos nuestra lengua lo más que podríamos, unos besos largos profundos y apasionados, no doy más voy a acaba,r me dijo. Y soltó un terrible chorro de leche dentro mío, yo no podía llegar, y él seguía empujando mientras yo me masturbaba a más no poder, yo llegaba, fue ahí cuando me manchó bajo su boca mi pija, la tomo con ambas manos y se la metió dentro de la boca, y empezo a chupar y a chupar, ya masajear mi los huevos y el tronco con las manos, y ahí sí me vinieron las ganas, explote la boca de leche, succiono hasta dejarme la pija chiquita y reluciente, completamente seca. Era impresionante lo que habíamos cogido ese fin de semana. Nos quedamos tendidos los dos en la cama por un rato hasta que decidimos ir a pegarnos un duchazo, fuimos al baño y los acaricia vamos mucho, ya se estaba haciendo tarde para que Carlos fuera a trabajar, lo ayude a vestirse, rápidamente agarré lo primero que tenía que era el short de jogging y lo acompaña hasta la calle, nos dimos un beso largo y profundo de despedida, y Carlos se fue a trabajar. Cuando voy a entrar nuevamente al pasillo, justo salía mi nuevo compañerito de trabajo, por la mirada que tenía, me había visto despedir a Carlos, me miró de reojo ...