La venganza - Relatos Eróticos

La venganza

En algún lugar de Carolina del Sur, 1865. Aquella imagen podría ser una pesadilla o un sueño de acuerdo con el papel de los participantes. La pesadilla siempre les había tocado a ellos y la causa era a menudo esa chica rubia de ojos azules, la hija mimada del despota de esa plantación. Pero esta vez los papeles habían cambiado, la joven estaba delante de ellos desnuda e indefensa.La niña de unos doce años tenía la piel muy blanca, una culo redondito y apetecible. La vision de su ano rosa era como una vision de ensueño para aquellos desdichados. Ella comenzo a gritar por el dolor, la sorpresa y el miedo de sentir su culo penetrado por esa gran polla. Inmovilizada boca abajo sobre la mesa, su torso descansaba sobre esta, sujeta por la cuerda que pasaba por debajo de la mesa y sobre su espalda.Las piernas descansaban en el suelo, separadas y sujetadas a las patas de la mesa por los tobillos, los brazos caían a los lados atados al otro par de patas. Tan inmóvil, solo podía gemir, gritar, sollozar mientras esa polla se abría camino en su interior. De repente, se sintió aliviada al sentir que estaba saliendo, pero antes de hacerlo por completo regresó al fondo, arrancandole un grito de agonía.El ritmo de las embestidas se volvió frenético, la niña gritó, lloró, suplicó ... hasta que los gritos se convirtieron en gemidos de placer.Cuando estaba llegando al orgasmo ... sintió que su interior se inundaba con un líquido caliente que nunca dejaba de derramarse dentro de él.Cuando el caballo retiró su polla, del culo abierto de la niña broto un río de esperma que cubrió sus nalgas y cruzó sus muslos.- ¿Te gustó el caballo? Mañana es el turno del toro, duerme bien querida niña.El hombre la dejó como estaba atada.- Vamos a cobrar todos los abusos de su padre, dijo el hombre negro a su compañero de la misma raza.