Encuentro con un moreno en Bogotà
Fecha: 31/10/2019,
Categorías:
Gays
Tus Relatos
Autor: Manu, Fuente: computo.ru
... lengüetazos por la nuca y a restregar su enorme paquete, ya duro, por detrás. "Tío que me has hecho daño !", le dije. Pero esto lejos de asustarlo pareció provocarle una fuerte excitación y el moreno comenzó a decir cosas como "Te gustan putita los negros ... eres puta... te follaré hasta que sangres. Eres mi perra." Este tipo de cosas, es cierto, me gustan mucho. Pero en este momento, por el miedo, no me apetecia nada el juego de Dominante y Sumiso...
"Tío, deja... que quiero darme una ducha". No obtuve respuesta alguna. Al parecer el moreno se excitaba más y más. Yo seguía de espalda siendo manoseado por todas partes. En eso, me bajó los pantalones y la ropa interior hasta los tobillos. Y me ordenó que me pusiera en cuatro patas. Cosa que hice. El tío comenzó a meter su lengua en mi ojete. Debo reconocer que después de diez kilometros de marcha, a través de la ciudad, me sentía sudado y sucio. Se lo hice saber al macho costeño. No había duda que era todo un guarro. Yo seguía en cuatro patitas, mientras me metía su lengua por el culo y me acariciaba las bolas y el pene con otra mano. Quise incorporarme y tocar la verga del tío que ya estaba fuera del pantalón. Era una polla enorme, bien negra, bien erecta. Esta no entrará facil, pensé. Quería darle una buena mamada a ese excepcional ejemplar de polla costeña... Pero él no se dejó. Me mantuvo en cuatropatas comiendome el culo.
Al rato de esto el moreno se incorporó. Sacó un condón y se puso lubricante. Al parecer pretendía ...
... follarme sin meterme uno o dos dedos para dilatarme. Protesté y le hice saber que necesitaba un poco de lubricante para mi ojete, o por lo menos saliva. Algo dijo entre murmullos y me dió el lubricante. Joder !, pensé, me quiere follar con ese mástil y ni siquiera espera a que se me dilate el ojete !
No había terminado de sacar mi dedo del culo cuando el costeño envistió con todas sus fuerzas mi culo. Dios, que dolor ! Cogiendome con las manos por la cintura, el negro empezó un intenso movimiento de mete-saca. Casi yo lloraba por el dolor. El tío ni siquiera había quitado el abrigo y la bufanda ni la boina que llevaba. Era un encanto de desesperación varonil.
Sentí su miembro, grueso y largo, evidentemente muy duro, entrar y salir de mi culo. El tío sabía menear sus caderas para dar a su movimiento un ritmo regular y permitir a su verga de introducirse hasta el fondo. Sentía sus bolas golpear mis nalgas. A pesar del tamaño de su pene, fue lo que llamo una follada agradable. Tenía una mescla de sentimientos y emociones, por un lado tenía muchas ganas que por fin un moreno me rompiera el culo, pero por otras temía salir de aquel encuentro con el culo desgarrado. De repente el negro sacó su miembro de mi culo y empezó a pajearse. Me volté para mirar su extraordinario mástil. El tío se sentó sobre mi vientre. Sentí como sus enormes bolas me tocaban el pecho. Se masturbava muy rapido haciendo aparecer a cada movimiento su capullo, negro también. Ahora, yo sólo esperaba recibir ...