EL ACUERDO
Fecha: 22/07/2019,
Categorías:
Infidelidad
Tus Relatos
Autor: Xmen, Fuente: computo.ru
... hasta verla caminar meneando su trasero te cornoso hasta subirse a un automóvil.
Regrese caliente a la casa, con mi verga parada bajo mi short, mi suegra y el niño aun dormían y me puse a ver un video xxx, para esperar a mi esposa, mientras tomaba unas cervezas, acariciando rico mi verga, que sin presumir es grande.
Mi suegra como es de pueblo se durmió temprano en compañía del niño. Y yo me quedé tomando esperando a mi esposa Clarisa. Eran las 8 p.m. Cuando escuché ruido de puerta y en eso entra mi esposa, entró y cerró la puerta de la recamara y se recargo en ella, su rostro blanco estaba sonrojado sonreía maliciosamente y me pidió me hacer ara mientras ella se levanta a la falda, y separaba sus piernas y vi entre sus gruesos muslos sonrisa dos carnosos hilillos de leche escurriendo lentamente entre ellos.
Me le acerque empuñando y frotando mi verga endurecida y babeante hasta sus piernas incado ante ella. Pegue mi cara entre sus muslos y saque mi lengua lamento aquellos hilillos lechoso espesos salados ricos y los palade. Ello no hablaba y me jalo suavemente del pelo para que me levantará, llegué hasta su boca y me beso y paso todo lo que ...
... traía en ella, una mezcla de su saliva y espeso espera que bien conosco, mi verga palpitaba de excitacion y morbo, descargo todo en mi boca y lo trague disfrutándolo.
- rico verdad me dijo si riendo- su rostro estaba maliciosamente sonriente y excitada.
- ANDA COMETE TODO LO QUE ME HECHO-
Ella misma me empujó hasta su panocha y con sumo cuidado quite aque calzón especial, porque su co sistecia anulada no deja escapar mucho de ella y estaba I fundado de restos de leche de ambos, una nata viscosa de espera y jugos vaginal es mezclados deliciosamente, y chupe aquella mezcla afrodisíaca con morbo increíble, mientras mi verga me palpitaba sin cesar. Quite por completo su calzón y mi esposa separó más sus piernas, dejándome su panochon abierto escurriendo, abultado y sonrisa do perfectamente afeitado, y peque mi lengua y boca como reptil hambriento lsmiendo y succionando cada gota de leche que brotaba desde su útero recién parido. No podía desprenderme de su vagina carnosa escurriendo espera y sus babas vagina les, pues seguía teniendo orgasmo I tensos al ver cómo me comía la leche los mecos de su nuevo amantes. Continuará Alberto y Clarisa.