EXTRAÑO TU BOCA, Y TÚ A LA MÍA (1)
Fecha: 20/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Mar1803, Fuente: SexoSinTabues
Hace tiempo tuve un amante y él hizo una reseña de lo que fue nuestra relación. Me la dio cuando, casi tres años después, regresé por unos documentos personales al sitio donde trabajé con él. Le dejé claro que ya no podríamos continuar la relación que habíamos tenido, pero aquí pondré el relato que él me hizo. Tomando ello como base (a veces textualmente), publiqué otros en Cuentorelatos.com, los cuales tuvieron buena acogida. Decidí poner el suyo aquí en cuatro partes porque me parece extenso. Supe lo que pasaría entre nosotros desde la vez en que verificaba cómo hacías tu trabajo para saber si seguías bien las indicaciones que te di. Tú estabas atenta a la forma en que te miraba, tu sonrisa me indicaba que no era para buscar la aprobación de la tarea que debías hacer sino la de tus gestos de coquetería y las poses que dejaban ver más de tu pecho por el amplio escote que lucías ese día. —Me pones nerviosa al mirarme... —me dijiste para asegurarte que sí era para mí la vestimenta que elegiste ese día. —¿Por qué? Debo comprobar que entendiste cómo hacer esta parte del trabajo. —Es que tu mirada ve más allá —dijiste y te agachaste frente a mí al recoger el lazo que estaba en el piso. —Me gustaría ver más allá de lo que veo, pero si te incomoda, tan pronto termines de envolver ese pedido me voy a mi lugar —contesté. —No me molesta, sólo me pones nerviosa. —Yo también me inquieto... —¿Sí, por qué? —preguntaste continuando con tu trabajo, pero mirando de reojo cómo crecía el ...
... bulto de mi entrepierna. —Porque así soy yo —contesté poniéndome de perfil para que notaras mejor mi turgencia, y te relamiste los labios. A la siguiente mañana llegué un poco tarde porque busqué en varios comercios que abrían temprano una faja de tu talla ya que no teníamos tan chicas en el almacén. Fue hasta el tercero donde encontré una que me pareció apropiada. Cuando llegué a tu lado, después de saludarte, la saqué de su envoltura y te la entregué. —Aquí tienes la faja que me pediste para que no te hagan daño los esfuerzos que tienes que hacer, espero que sea de tu tamaño. Pruébatela, ¿o quieres que yo te la ponga? —te digo con un evidente gesto de lujuria. —... —captas mi intención, sonríes y asientes con la cabeza. —¿Y si se me pasa la mano y la pongo en esas bonitas tetas? —¿Bonitas? —dices después de hacer un movimiento más de aceptación, al tiempo que levantas los brazos para que yo te ponga la faja—, ni las conoces... —concluyes a la vez que sonríes retadoramente. —Las conoceré ahorita —te digo colocándote la faja y al terminar me dedico a acariciarte las chiches a dos manos. Con suavidad, meto la mano bajo el brasier, saco la punta de uno de los pezones y cuando te empiezo a chupar las tetas, inician tus jadeos. Me acaricias el pelo mientras sigues jadeando. Sobre el pantalón te acaricio la vagina y abres las piernas intensificando los gemidos. Me detengo para desabrocharte el pantalón, pero primero tengo que quitarte la faja. En cuanto empiezo a bajarte el pantalón, ...