La roomie - Relatos Eróticos

La roomie

... invadir un lugar particular de mi casa. No me m*****ó el intercambio.Inmediatamente se puso en cuatro sobre la cama. Observé la escena perfecta por unos segundos, sus nalgas, sus piernas torneadas, y su panocha y su culo al aire. Me acerqué sin pensarlo y empecé a lamer ambos agujeros que todavía olían a jabón. Sentía su vulva lubricada, y yo lubricada a su vez el culo con mi saliva. Llevé la lengua de un lado a otro hasta que ella me exigió: ¡Métemela ya!No la hice esperar. Volví a empujar mi verga dentro de esa puchita tan rica, mientras alternaba dedos en su culo. No dejaba de ver su cara, su boca abierta gimiendo cada vez más, su mirada perdida por el placer.¡Ya! ¡Por atrás!, dio la orden de nuevo. Sin dudarlo, mudé mi verga hacia ese culo apretado. Me metí lento mientras veía sus gestos de gozo y dolor. Poco a poco fui subiendo la intensidad de las arremetidas. Sus gritos y gemidos marcaban mi ritmo. Ese lugar tan apretado por fin me hizo venirme mientras ella daba un último grito al sentir mi leche calentándole por dentro.Yo no quería salirme pero al final ella me convenció. Ándale, me dijo, al fin ya tenemos un pretexto para volver a la regadera. Y para allá fuimos.