Belzeba III. Abandonad toda esperanza
Fecha: 16/11/2017,
Categorías:
BDSM
Sexo en Grupo
Autor: Lib99, Fuente: CuentoRelatos
... valle de carne perlado de sudor. Su dedo acaricia el anillo que forma la entrada del esfínter y empuja introduciéndolo. Sincroniza entonces los movimientos de dedo y polla, la cual puede palpar a través de la delgada pared que separa vagina y esfínter, mientras su otra mano azota las nalgas de la diablesa. La estimulación pinza la libido de Alouqua, desencadenando un incontenible orgasmo. Las convulsiones de los músculos vaginales presionan con fuerza la verga de Baalzephon, arrancándole a su vez una eyaculación que inunda de abundante y cálido esperma las entrañas de ella. Agotados se derrumban ambos sobre el suelo manteniendo la verga en el interior del empapado y acogedor coño. Lucifer, próximo al clímax, aprieta las tetas de Belzeba y clava su cuerpo contra la espinosa superficie. Sus alas se despliegan majestuosamente, envolviendo a la figura femenina con su enorme sombra. Arquea la espalda y sus caderas embisten feroces contra el pubis de su hija, y el rugido que surge de su garganta resuena desde lo alto de la torre hacia la ilimitada extensión infernal, reverberando hasta el último rincón del Inframundo. Y todos los condenados tiemblan, espeluznados ante la desalentadora perspectiva de algo mucho peor que los tormentos a los que hasta el momento han sido sometidos. Entre ellos, sumida en una de las Simas del Dolor, la perversa ex abadesa Sor Suplicio se retuerce empalada por una interminable e incandescente verga que le abrasa las entrañas, mientras otro ...
... consolador erizado de púas le desagarra el esfínter: la sangre gotea entre sus muslos. Al tiempo, una miríada de filamentos de acero le lacera la piel de todo el cuerpo y su boca se halla saturada por el enorme y bulboso miembro de uno de los demonios que la torturan, y mientras la chupa, casi sin aliento, suspira porque fuera la polla del Príncipe de las Tinieblas la que le desencaja la mandíbula. En lo alto, la potencia de las arremetidas de Lucifer parece capaz de reventar el coño de su hija, el cual estalla en un volcánico orgasmo sin parangón con cualquier otro que Belzeba hubiese experimentado con anterioridad, desencadenando a su vez una fuerte eyaculación de su polla. Agotados y jadeantes, sus cuerpos se relajan, pegados uno al otro, y sus labios se entrelazan suavemente… *** –La batalla final se aproxima, hija mía. El Verbo ha ordenado romper el primero de los Siete Sellos: el Apocalipsis va a ser invocado. El fin de los tiempos se avecina y si no somos capaces de impedirlo una dictadura de ángeles se impondrá sobre el Mundo por toda la Eternidad. El pecado será extinguido, la carne y el sexo serán proscritos. –¿Cuál es mi misión, padre? –Pregunta ella, aún agotada, notando la humedad de la leche de su padre deslizándose entre sus muslos mientras se acaricia la polla semienhiesta. –Tu cometido, Belzeba, habrá de ser crucial en esta definitiva confrontación. En ti reside la esperanza. Llevas mi semilla en tu interior. Irás a la Tierra y allí engendrarás al Anticristo.