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Relato: Sabrina
Fecha: 14/11/2017, Categorías: Primera Vez Lesbianas Tabú Autor: lujuria69, Fuente: xHamster
... placer. Pronto salió su chaqueta y su blusa yfinalmente una falda de color blanco. Un par de preciosos senos atrapados por unbrassier de media copa de seda blanca eran el marco de un hermoso cuerpo. Untanga tipo hilo color blanco que hacía juego con el resto de su ropa interiormostraba un culo perfecto.Su suave y blanca piel se sentía mis manos como una finaporcelana mientras la acariciaba. Su boca, enmarcada por rojos labios queresaltaban su sensualidad, contrastaba con su piel. Su liso y oscuro cabelloresaltaba su natural belleza.Mientras nuestras bocas se reconocían con pasión mi ropa fuesaliendo de mi cuerpo no sin la ayuda de sus suaves y ágiles manos. ProntoClaudia se volteó apoyando su culo sobre mi pene. La suavidad y firmeza de estasdos redondeces masajeaban deliciosamente mi pene poniéndolo cada vez mas duro.Mis manos pellizcaban con suavidad los ricos pezones mientras masajeaban sussenos y le mordisqueaba el cuello y las orejas. Nunca había pensado estar asícon ella. Los dos estábamos muy excitados. De pronto Claudia me tomó del penecon su mano derecha y me llevó a la habitación sugiriéndome que me sentara en lacama. Arrodillándose comenzó a propiciarme una mamada deliciosa ayudándose consus manos y sus afiladas uñas. Con sus labios me comenzó besando la cabeza,lamiéndola suavemente por todo el borde y jugueteando llegó al centro de lamisma. Poco a poco fue bajando lamiéndome todo el tronco mientras me apretabalas bolas entre sus manos y luego metiéndose un ...
... testículo en la boca mordiéndolosuavemente, mientras me masajeaba el ojete del culo intentando penetrarlo. Suboca comenzó a mamarme la cabeza, tragando la mayor parte de mi pene mientras meestimulaba analmente. No pude aguantar mucho este delicioso suplicio: terminé enla boca de Claudia, justo cuando ella me penetró de golpe con sus dedos, sindesaprovechar gota alguna de mi leche.La subí a la cama quitándole la poca ropa que aun le quedabapuesta. Sus senos eran hermosos, grandes pero sin perder la forma, firmes,blancos como la leche con un erecto pezón que parecía el borrador de un lápiz yuna aureola rosada coronándolo. El solo verlos era una invitación a mamarlos.Sus piernas eran largas y bien definidas. Sus pies eranpequeños para una mujer de su tamaño. Su pubis mostraba un total cuidado,depilado salvo por un pequeño triángulo oscuro de pelos perfectamente cortadosque coronaba el clítoris.La tendí sobre la cama boca arriba mientras nos besábamos yle acariciaba su cuerpo. Comencé a besarle el cuello, luego el pecho, y lossenos, bajando por su plano vientre de gimnasio hasta llegar a sus piernas.Procedí a abrirme camino lentamente ante su sexo. Lo que tenía ante mi era unmanjar: unos labios gruesos que invitaban a ser besados y mordidos abrían caminoa un invitante y muy visible clítoris. Comencé a lamerle los labios y ese rosadobotón al tiempo que introducía en suaves embestidas mi lengua en su vagina. Susgemidos eran cada vez más altos. Jugueteé con mi lengua el rosado ojete de ...