Mi inquilina Raquel
Fecha: 13/11/2017,
Categorías:
Anal
Sexo Duro
Autor: rednap007, Fuente: xHamster
Era el mes de agosto y la inquilina de mi piso de Valencia, Raquel, una mujer de 45 años pero de muy buen ver, me debía más de medio año de alquiler. Se había separado de su marido y estaba atravesando una mala racha; su hija estudiaba en la universidad, y su ex no le pasaba pensión, así que estaba bastante apurada. A finales de mes me llamó por teléfono, pidiéndome que nos viésemos en mi apartamento, que está debajo del que yo le había alquilado. Vino sola, vestida con unos vaqueros y una camiseta, pero sin sujetador, y calzando unas zapatillas deportivas. Pude intuir sus pezones sin dificultad, tenía unos pechos bonitos, pequeños, pero muy insinuantes.Me contó lo que yo ya sabía, y me dijo que no podía pagarme, que le diera un tiempo para arreglar las cosas... pero que no la echara de casa. Entonces se puso de rodillas, ante mí, casi suplicando, y se levantó la camiseta, preguntándome si me gustaba lo que veía... y me dijo que me comería la polla allí mismo si le daba un par de meses más. Le dije que se levantara, que no podía darle una respuesta... pero en realidad estaba planeando una propuesta alternativa. Se fue a su casa entre lágrimas y le pedí que se tranquilizase, que antes de finalizar el día la llamaría de nuevo.A última hora del día la llamé, y volvió a mi casa. Estaba ya semidesnuda, pero le dije que estuviese tranquila, que no quería sexo con ella, al menos de momento, pero que tenía una propuesta. "¿Cuál es?" me preguntó. "Bueno, me has pedido dos meses y ...
... estoy dispuesto a perdonarte todo lo que me debes y dejarte un año más, pero tienes que darme algo a cambio... tu hija". me miró con cara de terror diciendo que no, de ninguna manera, que solo tiene 23 años y está estudiando, que yo era un enfermo y que prefería que la echase de casa antes que prostituir a su propia hija.Al día siguiente, por la noche, era domingo, y me llamó, preguntándome si podía bajar. Le dije que sí, y a los pocos minutos llamó a la puerta. Y allí estaban las dos. No sé qué le hizo cambiar de opinión, o si partió de su hija la idea, pero entraron en mi casa. Raquel parecía seria, casi enfadada, envuelta en una bata casera; su hija, Andrea, no me miraba a los ojos. Andrea era joven, pero voluptuosa. No estaba delgada, ni mucho menos, era bajita, pero tenía unos ojos verdes que te atrapaban, y un culo que cortaba la respiración. Ese culo había sido mi objetivo desde el mismo día que llegaron al edificio. Las guié al salón, y Raquel me preguntó que debían hacer. "desnúdate y desnuda a tu hija". Obedeció sin rechistar, sacándose la ropa con rapidez, casi con impaciencia, y lo mismo hizo con Andrea. me di cuenta de que Andrea no tenía el coño rasurado, así que le pedí a Raquel que cogiese una de mis maquinillas de afeitar y algo de crema y que le afeitase el coño mientras yo miraba. Ella se quedó de piedra, pero obedeció nuevamente. Acostó a Andrea sobre la mesa del comedor y cubrió su coño de espuma, rasurándola de forma delicada. Entonces noté que Andrea ...