En manos de dos perversos (2)
Fecha: 13/11/2017,
Categorías:
Gays
Dominación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... desgracia la “señorita” preguntó: -¿En su pieza o en la mía, Ángel? -La suya queda más cerca… -y ambos rieron a carcajadas mientras yo temblaba de miedo… Mis piernas vacilaban como si se negaran a sostenerme y entonces me tomaron los brazos y don Ángel me dijo, burlón, mientras con mano libre me sobaba las nalgas: -Tranquilo, Jorgito, ya vas a ver que te va a gustar… Si sos casi una nena de tan lindo… No te queda otra que ser putito… -No quiero… ¡Por favor!... ¡No quiero!... –protesté cuando la “señorita” abría la puerta de su habitación… -¡Adentro!... –dijo y me empujó con fuerza… Después entraron ella y don Ángel y la “señorita” cerró la puerta… -Por favor… -supliqué… -No me hagan nada… -¡¿Nada?!? ¡De todo te vamos a hacer, Jorgito!... –dijo don Ángel para mi espanto… -¡No! ¡no!... –insistí… -Sos muy lindo y eso se paga, nene… -me dijo don Ángel hablándome al oído mientras me retenía de espaldas contra él y me hacía sentir en las nalgas la dureza de su pija… -Denudate, Jorgito… -me ordenó la “señorita” y entonces don Ángel me empujó y caí sobre la cama… -¡Obedecé!... –me exigió y la “señorita” me sorprendió con una fuerte bofetada ...
... que me hizo saltar las lágrimas… Sentí que debía hacerles caso para no enojarlos y me quité la ropa… Y cuando estuve desnudo fue que ocurrió y no pude hacer nada para evitarlo… Empecé a excitarme sintiéndome indefenso en poder de esos dos viejos degenerados que iban a hacer conmigo lo que se les antojara…La “señorita” me iba a pegar en las nalgas hasta dejármelas rojas y ardiendo y don Ángel iba… ¡iba a violarme!... “Ay, sí… pensé, que me hagan lo que quieran”… y ese deseo fue tan intenso como mi miedo ante lo desconocido… -María, –dijo el viejo. –voy hasta mi pieza a buscar la vaselina, ya vuelvo… -Vaya nomás, Ángel, mientras yo empiezo a calentarle la colita… -dijo y se sentó en el borde de la cama: -Acá, Jorgito, echate acá boca abajo… me ordenó palmeándose las rodillas con la mano derecha… -S… sí… sí, “señorita”… -Mmmhhhh, qué bien, Jorgito, así tenés que ser, un chico obediente… -Sí… sí, “señorita”, así voy a… así voy a ser… -Bueno, ¿qué esperamos, Jorgito?... Y me eché boca abajo sobre sus rodillas, con la piel erizada, deseando intensamente esa primera zurra y deseando y temiendo a la vez ser violado por don Ángel… (continuará)