Turismo
Fecha: 27/08/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Como la economía ya se había mejorado mucho decidimos irnos de vacaciones. Nos apetecía hacer turismo rural. El lugar escogido fue las afueras de la ciudad, esa ciudad que nos ahogaba y en la que tantos malos ratos habíamos pasado en el ultimo año. Salimos de casa muy temprano como le gusta hacer a T.J, como el dice quiero aprovechar todo el día, y tiene toda la razón. Llegamos a la casita de madera echa con un gusto estupendo y nos acostamos un ratito cansados por el largo trayecto. Después de descansar un par de horas nos dispusimos a dar un paseo, mientras el se daba un baño y preparaba un bolso yo cociné algo rápido para comerlo por ahí. Ya llevábamos caminado un buen trecho cuando vimos un buen lugar en el que pararnos para almorzar. Mientras estabamos allí, sentados y degustando la deliciosa comida oíamos el ruido de los pequeños conejos saltando de aquí para allá. Nos levantamos para caminar un rato mas, pero cual fue mi susto cuando vi, que por encima de los matorrales se encontraba un hombre con su burro, al darse cuenta de que lo habíamos pillado se echo a correr dejando allí al pobre animal que nos miraba con cara de no saber que pasaba. T.J llamó al burro y no se como, éste vino manso a nuestro lado. Cuando yo mire a T.J a la cara ya sabía en lo que estaba pensando, tenía ese brillo en los ojos de niño malo, que tanto conozco yo. Pero como yo tampoco soy una santa comprendí perfectamente el porqué T.J extendió la manta de nuevo en el suelo y me miró con sus ojos ...
... brillantes. Yo me tumbé no sin antes y sin mediar palabra sonreír a T.J, para hacerle saber que lo que pensaba hacer a mí me pareció una idea sensacional. Él se desvistió tan rápido como nunca lo había echo, bueno de que hablo si cuando él ya estaba con el pantalón yo ya estaba totalmente desnuda, me di cuenta de que no llevaba nada bajo el pantalón y me puse todavía mas cachonda si cabe, me miró a mi entrepierna y pasó su lengua alrededor de su boca indicándome lo que me iba a hacer al ver que mi coñito estaba totalmente rasurado, curioso que estuviéramos los dos como dos bebés, totalmente calvos en nuestras zonas mas ardientes. T.J se agachó y me acarició todo el cuerpo desde los pies que no se como pero deje que me los comiera y masajeara. Luego subió hasta mi conchita la abrió con su lengua y me la comió como nunca lo había hecho. Yo suspiraba cada vez que su lengua pasaba por mi rajita. Lo aparte y me metí su dura polla en mi boca, no sin antes comerle sus huevos que estaban totalmente inflados y muy duros de la leche que contenían y como no de lo cachondo que estaba. Le pasaba mi lengua por cada rincón de su falo, y, lo miraba para saber si lo que hacia era de su agrado, en efecto creo que al echar los ojos hacia detrás me estaba indicando que si le gustaba mi manera de saborear su gorda verga hinchada de excitación. Como tenemos que ser muy amables con los invitados, cogimos a nuestro curioso amigo el burro, y lo acercamos hasta la manta. Me acorde de que llevaba miel ...