Manos lentas - Relatos Eróticos

Manos lentas

Estábamos en mi habitación Besándonos con lujuria Tus manos tocando cada rincón de mi cuerpo Éramos dos almas desenfrenadas Solo se escuchaban los latidos de nuestro corazón Nuestras respiraciones eran entrecortadas La ropa nos asfixiaba así que decidiste que era el momento de quitarla Los besos y las caricias se volvieron más necesitadas Entre suspiros te pedía que siguieras Tu lengua empezaba acariciar mi cuello Mis manos jugaban con tu sedoso cabello jalándolo Tu boca era una locura jugando con mis pechos, las caricias de tu lengua en mis pezones eran un éxtasis Mi alma poco a poco subía al cielo Nos recostamos en la cama, sintiéndonos más de cerca Podía sentir tu miembro ya listo para mí, duro y muy grande Dijiste que aún no era el momento, que primero me harías sentir bien Tu boca descendía a mi abdomen, lo besaste, lo lamiste Por fin llegaste a mi centro Estaba tan húmedo que no te sorprendiste, al contrario te alegraste porque sabias que tú eras el causante de ello Empezaste a besarme, tu boca recorría cada rincón de mi ser Tu lengua hacia mil maravillas, sabías como moverla Me decías que me quedara quieta y que tratara de ser lo más silenciosa posible Pero no podía hacerlo, tu boca hacia que gritara como si estuviera en celo Te subiste encima de mí, dijiste que ya era hora Yo estaba nerviosa, ya quería sentirte y gozar contigo Abriste rápido pero con cuidado mis piernas, agarraste tu miembro y de un rápido movimiento ya estaba muy adentro de mí Yo rodeé mis ojos, ...

 agarre las sabanas con fuerza, mi boca se abría en una perfecta 'O' Tu agarraste mis caderas, comenzaste con embestidas lentas, mis caderas se movían al mismo ritmo que tu Pasabas tus manos en todo mi cuerpo, eran lentas pero decididas Yo pase mis manos por tus brazos hasta llegar a tu cuello, sin perder ese toque de delicadeza que estábamos teniendo te acerque a mí y te bese como antes, lentamente, sintiendo nuestras almas juntas Los dos gemíamos, siempre llegando a lo mismo De repente, las embestidas comenzaron a ser rápidas y duras Los dos estábamos a punto de llegar pero queríamos sentir el cielo Tú te sentaste en la cama y me llevaste contigo a sentarme Ahora podía sentir mucho más tu miembro Ahora podíamos terminar como los dos más anhelábamos El movimiento de caderas era el mismo, fuerte, rápido pero también con lentitud Los gritos no solo se escuchaban en la habitación, también se empezaban a escuchar en la calle El sonido de nuestros cuerpos juntándose, era algo tan satisfactorio Unos movimientos más y los dos llegaríamos al éxtasis Yo agarre tu cabello con fuerza, te grite que no pararas, que me dieras más Tú obedeciéndome así lo hiciste, tus caderas volaban en el aire Los dos dimos un grito que hasta china se pudo escuchar Nuestros corazones, a comparación de antes, ahora eran dos cosas latiendo tan rápido que estaban a punto de explotar en nuestros pechos Buscábamos el aire como desesperados, pero sabíamos que había valido la pena Tu acostado y yo encima de ti, ...