El semental de confianza -4 (Final)
Fecha: 24/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Sexo en Grupo
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
... detuvo. “¡Me las quiero culear aquí, las tres en el sofá! ¡Pónganme sus nalguitas enfrente!”, ordenó con su especial tono desafiante. Patty y Ana obedecieron de inmediato. Claudia se quedó mirando. “¡Tú también muñeca!”. Claudia se acercó al sofá, enseguida de Ana, y se arrodilló, curveando sus nalgas hacia el caliente albañil. “¿Saben qué?”, dijo Ramón, “¡mejor voltéense las tres, sentaditas! ¡Vamos a ver quién es la hermana que mejor me la mama!” Las tres bellas mujeres obedecieron la nueva orden. Ramón se puso frente a Ana, y ésta comenzó a lamer y mamar su pene, poniendo especial cuidado al tener dos serias contendientes a su lado. Sin importarle, Ramón retiró su pene de la boca de Ana y lo llevó a la de Patty, instantes después, a la de Claudia, repitiendo el ritual un par de veces más. “Mmmm…, es difícil decidir cuál de las tres señoras de Ruiz me la mama mejor”, dijo el albañil, “las tres son buenas, muy buenas, y su mami como le dicen ustedes, ni se diga”. Ana tiró del pene y comenzó a mamarlo de nuevo, pero esta vez, haciendo gala de su habilidad para tragarlo por completo, dejando a sus hermanas con la mirada atónita. “¡¿Dónde te lo metes, desgraciada?!”, dijo Patty. “¡Que bárbara!”, dijo Claudia. Conteniendo la respiración, Ana duró unos segundos antes de sacarse el gigantesco tronco de carne de la boca, haciendo gemir a Ramón. La fue sacando poco a poco, mordisqueando su contorno, haciendo al albañil estremecerse. “¡Ahhhh!”, suspiró y tosió un poco al tomar aire ...
... de nuevo, con sus clásicos hilos de baba entre su boca y el pene del albañil. “Creo que eso acaba con la duda de quién la mama mejor”, les dijo sonriente, mientras Ramón acariciaba su pelo. Mientras Ana lamía el bulboso glande, Ramón confirmó: “creo que sí, definitivamente, ninguna lo hace como tú, mamacita. “¡Vean y aprendan putitas!”, dijo a las dos hermanas. “Ahora sí, mis reinas, quiero probar sus culitos”, dijo Ramón. Las tres hermanas se voltearon. Impacientes, subían y bajaban sus bellos traseros, mientras Ramón las golpeaba con el pene, moviéndose de un extremo al otro, como si se tratara de una marimba. Luego comenzó a impregnar su pene con la baba vaginal de cada una, sobando sus vulvas con el glande, haciéndolas suspirar. Las invitó a probarse. Las tres hermanas se arrodillaron alrededor del pene de su garañón, y comenzaron a lamerlo. Patty y Ana comenzaron a intercambiar los jugos con sus lenguas, mientras Claudia se mostraba renuente. Ramón empujó su cabeza y no tuvo más remedio que participar en el festín. Parecían cachorros bebiendo leche de una vasija, acompañados por los gemidos del caliente albañil. Estaban en perfecto acople: Una lamía por debajo, otra los enormes testículos, mientras otra trataba de devorar el pene por la cabeza, turnándose, llevando a Ramón a un éxtasis incontrolable. Le pidió a Claudia que se trepara en el sofá. Lo esperaba, concentrando su sensibilidad en su ano. Ramón se acercó por detrás, lo frotó con su glande, lubricándolo aún más, ...