LA DESPEDIDA - Relatos Eróticos

LA DESPEDIDA

gracias a ello la tomé por las caderas y la penetré salvajemente (con sensualidad) contemplando el movimiento de su trasero con forme chocaba mi cuerpo, al igual que el sonido no solo de nuestros cuerpos, sino sus fluidos hacían que fuera un deliciosos sonido húmedo, por momentos la tomaba del trasero y continuaba penetrando, subía un pie para que tuviera una ligera inclinación, algo que por sus cambios de gemidos denotaba que le gustaba mucho, hasta que finalmente me apoyé de sus caderas para estar un poco de pie y meterla en de forma inclinada, o sea la penetración de arriba hacia abajo. Me pedía a gritos que no parara y siguiera, ya que estaba por venirse de nuevo, a lo que le seguí; con la mano izquierda le agarraba el cabello por momentos y por otros los senos estimulando sus pezones. Hasta que un grito de placer muy fuerte soltó y se desplomó temblando por completo. Me dijo algo que tampoco olvidaré y lo cito con sus propias palabras ("nadie me había aguantado tanto mi perrito, todos se venían en menos de cinco minutos y me decían "es que estás bien buena"" (admito que esa frase jamás la borraré de mi mente y fue uno de los halagos más grandes que me pudo decir (sexualmente hablando))). Sin embargo yo no me había orgasmeado así que me dijo que le diera un momento ya que estaba sensible.Me acosté pensando que ya no seguiría la cosa, sin embargo el universo preparaba sorpresas muy gratas como en muchos momentos sexuales que he tenido... comenzó una lluvia muy fuerte ...

 acompañada de rayos fuertes, esto causo que me calentara más pues no podía dejar de verla, estaba ahí, en mi cama semidesnuda y podía manosear su cuerpo y trasero, por ello decidí darle un masaje de cuerpo entero, mi erección la apoyé entre sus nalgas cosa que le gustó (ya que me lo dijo "que rico se siente"), mis manos frotaban su espalda y mis aceites comestibles caseros estaban siendo usados para uno de los mejores momentos sexuales, mi lengua rozaba su espalda, específicamente por su columna subiendo por el cuello hasta llegar a su oreja, la cual mordía de forma pasional, bajé de nuevo por sus piernas para continuar el masaje y obviamente en su trasero, haciendo lo mismo, gocé de todo su cuerpo incluyendo su trasero, el cual chupé como si se tratara de un helado, llegando de nuevo a su espalda y cuello. Esto hizo que se preparara para la segunda ronda, sin embargo le pedí que deseaba ella me diera a mí el placer ya que ella tenía dos orgasmos y yo ninguno. Aceptó y me la volvió a mamar bien rico, nuevamente se hizo a un lado la tanga y se la metió sentada encima de mí, estaba bien mojada aún y se sentía muy rico sus movimientos, ya que la tenía hasta adentro moviendo sus caderas adelante y hacia atrás, por ratos en círculos, haciendo que nuestro placer incrementara al igual que la lluvia y los truenos, se acercó y me besó llena de libido pero conservando una distancia muy rica para que sus pezones rozaran mi pecho con el movimiento de su cuerpo. Mis manos continuaban ...