1. Poda 12


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Hetero Autor: renegadomonti, Fuente: SexoSinTabues

    lengüetazos entre su culito y su conchita. Lara callada observaba todo lo que estaba pasando en esos momentos y con una de sus manos se prodigaba caricias en su sexo. A pesar de que las niñas no emiten un olor fuerte de sus sexos cuando están excitadas, la mezcla de nuestros jugos interiores hacía que la habitación estuviera impregnada del olor a sexo. Los jugos de Pao y la leche que yo anteriormente había depositado en su útero comenzaron a fluir, al igual que los jugos y mi semen fluían desde el interior de Lara, haciendo que esto conformara un aroma muy sicalíptico. Con mi dedo del medio pugnaba por ingresar en el culito de Pao, pero la estrechez del mismo no me permitía cumplir con mi cometido. Pero bien es sabido que la gota de agua horada la piedra, así que en un momento determinado, su esfínter se rindió ante la insistencia de su pretendido invasor, y le permitió la entrada. En un principio solo fue la punta, pero mi lengua hizo su bien su trabajo, y de a poco, lentamente, mi dedo logró alojarse por completo en tan estrecho estuche. Me dijo Pao que le molestaba y le hacía arder un poco ese dedo travieso que exploraba su culito preparándolo para un visitante un poco más grueso y más largo. Dejé mi dedo quieto por un momento mientras mi lengua continuaba con su cometido. Esto hizo que ella se abandonara a mi caricia y que su esfínter se relajara, permitiendo de esa manera que mi dedo se encontrara un poco más libre. Al percibir ese relajamiento, suave, lentamente ...
     comencé a mover mi dedo en su ajustado y estrecho esfínter. Afuera, adentro; afuera, adentro; una y otra vez, así su culito se fue acostumbrando a tener algo dentro. Pero yo sabía que no estaba preparada, ni emocionalmente, ni psíquicamente, como así tampoco físicamente para ser sodomizada, ni tampoco su culito para permitir la entrada de tan duro y grueso visitante en sus entrañas, por lo tanto continué con la caricia un momento más y le pedí a Lara que no perdía detalle de lo que hacíamos con su hermanita menor, que le colocara una almohada debajo de la pancita de Pao. Ella, Pao, elevó un poco su pelvis para permitir que su hermana colocara la almohada. Su culito se elevó un poco y sus piernitas se separaron algo más. Le pedí a Lara que guiara mi verga hacia la conchita de su hermana para que se la pudiera meter. Con su mano caliente tomó mi verga aún más caliente y la colocó en la entrada de la concha de su hermana, que a todo esto esperaba el pijazo que le hiciera satisfacer sus deseos. Una vez ubicada mi pija en el lugar preciso, Lara comenzó a mover mi pija a lo largo del tajito de su hermana. Lo hizo varias veces, consiguiendo de esa manera que tanto Pao como yo, le pidiéramos que ya la dejara quieta para poder por mi parte metérsela a Pao, y esta le pidió que me permitiera a mí que se la metiera. Presioné mi glande en tan estrecha entrada tratando de ingresar a la cueva de las delicias, pero no lo conseguí. Una y otra vez lo intenté y no podía vencer la resistencia de los ...
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