Mal lugar para detenerse
Fecha: 12/08/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Voyerismo
Sexo Duro
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Anita y yo habíamos pasado un agradable fin de semana en la costa.Para evitar el pesado tránsito de regreso, habíamos decidido viajar el domingo bien tarde.Era una hermosa noche otoñal y la autopista estaba casi vacía.El tanque de combustible estaba lleno, pero después de un par de horas, tuve la necesidad de detenerme para usar un baño.Nos detuvimos en una estación de servicio en medio de la nada, donde solamente se veía otro auto estacionado. Ana se dirigió al baño de damas y yo caminé hacia el de caballeros.Me crucé con dos hombres enormes que salían del baño. Ambos me miraron con cierto desdén, pero continué mi camino sin hacerles caso.Cuando terminé, abrí la puerta para salir y allí me encontré con una nada agradable sorpresa.Esos dos hombres estaban allí sosteniendo a mi dulce esposa, que tenía la boca amordazada por un pañuelo y el terror pintado en su cara. Reaccioné intentando golpear a uno de ellos, pero me dieron un violento empujón y terminé cayendo al suelo dentro del baño.Ambos hombres rieron y entraron llevando a Anita en volandas entre ellos, sujetándola por los brazos.Le quitaron la mordaza a mi esposa y ella entonces les suplicó que no nos lastimaran y que tenía dinero en el auto.“Silencio, putita… no nos interesa tu dinero…” Dijo uno de ellos, mientras metía una enorme mano entre los muslos de mi esposa, buscando su entrepierna.Ana gimió cuando esa mano llegó a sus labios vaginales, que se veían bien marcados en sus calzas de gimnasia.“Lo que me ...
imaginaba… tiene la concha bien caliente esta putita…”Dijo el tipo a su compañero, mientras ambos reían a carcajadas…Entonces el otro se acercó a mí, que seguía todavía sentado en el suelo y me golpeó nuevamente.Ana comenzó a llorar y les pidió que no me golpearan; ella haría lo que ellos quisieran.Ambos rieron a carcajadas y uno de ellos ató mis manos a mi espalda. Luego se volvieron a mi esposa, que ahora temblaba de miedo parada frente a ellos.El más agresivo le dio una cachetada en la cara y la tomó por la cintura, haciéndola girar de espaldas a él, enfrentando los espejos empotrados en la pared.Le ordenó que apoyara sus delicadas manos sobre el lavatorio y se preparara para lo mejor…Mi esposa hizo lo que le ordenaba y para ello tuvo que inclinarse un poco sobre el lavatorio.Ambos hombres sonrieron al ver el redondo trasero de Anita bien marcado dentro de sus calzas de nylon. El otro tipo se acercó a ella y la tomó desde atrás por sus redondos pechos.Ana gimió al sentir esas rudas manos acariciando sus firmes tetas. Pude ver por el espejo que sus pezones se endurecían al instante.Entonces el hombre de un rápido manotazo, bajó las calzas de Ana hasta la mitad de sus muslos. Ambos tipos silbaron en aprobación, mientras miraban detenidamente el redondo trasero de mi delicada esposa.“Ya sabía que esta perra tenía un lindo culo…” Suspiró uno de ellos.“Vos vas primero, así esta puta puede sentir mi verga después…” Le dijo a su socio, que enseguida se desabrochó los pantalones.Se acercó ...