1. La encantadora de penes - Continuación


    Fecha: 11/08/2019, Categorías: Infidelidad Erotismo y Amor Autor: Soficas56, Fuente: CuentoRelatos

    Y ahí estaba yo. Desnuda. De rodillas. El agua caliente de la regadera golpeaba mi espalda y se escurría por mi cuerpo. Estaba muy húmeda. Mis senos estaban más sensibles que nunca. Mis pezones, ya erectos, se estremecían con el acariciar de cada gota de agua. Mantenía mis ojos cerrado, dejándome llevar por lo que estaba haciendo... no estaba sola. Mi lengua recorría su delicioso pene. Hermoso, mostrándose ante mí con todo su esplendor. Me encantaba esa vista, y era solo mío. Tenía un sabor exquisito. Disfrutaba su suavidad con cada centímetro que mi boca lo tocaba. Ahí estábamos, la niña que jugaba con su amigo hace muchos años, disfrutándolo ahora como hombre. Mientras su rica herramienta se introducía en mi boca, aprovechaba mis manos para masajear su trasero. Qué bueno estaba este chico. Carlos siempre ha tenido un cuerpo que mata a cualquier chica. De haberme dado cuenta antes... me hubiera entregado a él mucho tiempo atrás. Disfrutaba también acariciando su abdomen, duro y marcado. Carlos no dejaba de suspirar y de gemir. Me acariciaba tiernamente el cabello mojado, intentando marcar un ritmo en la forma en que su pene entraba y salía de mi boca. Quise tomar un descanso. Saqué su pene de mi boca, no sin antes darle una última lamida en la punta y un rico beso. Seguí acariciándolo suavemente. Estaba completamente húmedo. -¿Te gusta? -le pregunté viéndolo hacia arriba con una sonrisa. -Me encanta... -me dijo devolviéndome una sonrisa. -A mí me fascina... -le conteste ...
     y de inmediato di otra lamida en la punta. Carlos se estremeció. -Ven, levántate -me dijo. Tomó mi mano y me ayudó para levantarme. Me abracé a él, de su cuello, con mis dos brazos. Nos dimos un rico beso, apasionado, encontrándose nuestras lenguas. Sus manos daban recorridos entre mi cintura y mis pompas, haciéndome temblar y poniendo mi piel de gallina. -Me toca a mí devolverte el favor-me dijo terminando el beso. Me tomó de mis hombros, y me dio vuelta, quedando yo de espaldas a él. Cerré mis ojos, sabía lo que venía. Carlos acarició lentamente mi cintura de arriba a abajo, hasta decidirse a tocar mi abdomen. El agua caía justo sobre mis pechos. Ya no aguantaba porque los tocara y jugase con ellos. Y así fue. Comenzó a masajear el contorno de mis senos. Solté un gemido al instante. Mientras besaba mi cuello y aprovechaba ciertos instantes para darme una que otra lamidita en la nuca. Sus manos eran muy varoniles y podían cubrir la redondez de mis senos casi en su totalidad. -Hmmm... Así... -le decía yo en medio de gemidos. Comenzó a acariciar mis pezones, recorriendo mis aureolas con la yema de sus dedos. Me daba pellizcos suaves y los jalaba un poquito. Me estaba matando de placer. Mis piernas temblaban. Solo pensaba en disfrutar sus caricias. Mis niñas ya necesitaban que alguien las tratara de esa forma, con delicadeza y pasión. Masajeaba mis pechos, apretándolos un poquito, recorría hábilmente toda su piel. -Hmmmm... ¿Dónde aprendiste a hacer eso?... aaah... hmmm -le ...
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