Volver a salir con mi mejor amiga
Fecha: 06/08/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: roberxl, Fuente: RelatosEróticos
... besándose y metiéndose mano. Por último, la segunda planta, era la terraza del edificio. Había una barra central alrededor de la cual se disponían las mesas y se arremolinaba la gente. Sonaban ritmos en plan chill out. Lo cierto es que esa noche hacía buen tiempo y era muy agradable estar al aire libre en la terraza. Una vez terminamos de jugar a las exploradoras en el ático, ambas coincidimos en que la disco estaba muy bien montada, se merecía el éxito de gente. Estuvimos comentando lo que habíamos visto, y decidimos bajar a bailar a la pista central. Una vez allí, fue Verónica la que se acercó a la barra para pedir una consumición. Antes de que pudiera decirle nada ya tenía en mi mano un gin tonic como a mí me gustan. Conoce perfectamente que es el único combinado de alta graduación que tolero, pues dada la cantidad de vinitos que habíamos tomado durante la noche, sabía que yo me encontraba ya algo alegre, pues enseguida se me sube la bebida a la cabeza. Verónica tiró de mí, hasta ponerse debajo de uno de los pedestales, donde una chica bailaba en top-less, y había alrededor una gran concentración de chicos babeando. Comenzamos a bailar, al principio tímidamente, pero poco a poco Verónica comenzó a bailar de forma más descarada. Se sacudía provocando el movimiento de las tetas, hasta el punto que parecía que sus pechos se iban a salir del vestido de un momento a otro. Logró la atracción de varios tipos que se acercaron a hablar con ella, y a los que disfrutó ...
... rechazándolos. Otros tantos babeaban a su lado sin dejar de mirarla. Se notaba que Verónica disfrutaba robando protagonismo a la gogo del pedestal. Como ya habíamos terminado los cubatas, y llevábamos un rato bailando, le grité a Verónica al oído que me iba al baño con la intención de que me acompañase, pero ella me respondió que me esperaba allí mismo, estaba claro que prefería seguir luciendo su tipo. Como siempre, había fila en el baño de señoras, tuve que esperar un rato que me pareció eterno debido a las ganas de orinar. Fue en el pasillo, esperando, donde me percaté de que iba algo más que mareada. No me había sentado nada bien mezclar el vino con el gin-tónic. Por fin, pude acceder a un Wc. ¡Dios mío!, eso era asqueroso. Estaba sucio por todas partes, no quiero entrar en detalles. Mejor no tocar nada. Para colmo la puerta carecía de pestillo, y como al parecer en el resto de reservados tampoco había papelera, algunas de las presentes se dedicaban a intentar abrir mi habitáculo con la esperanza de encontrar un recipiente donde desprenderse de su basura. O eso, o eran lesbianas tratando de verme orinando. La idea me resultó tan poco agradable como el reservado. Así que allí estaba yo, en una postura un tanto ridícula, tratando de mantener el equilibrio para no tocar nada de allí dentro, con el bolso alrededor del cuello tapándome la vista de mis propios pies, y el tanga a la altura de las rodillas, separando las piernas todo cuanto el habitáculo me permitía, rezando para que mi ...