Chantaje a nuestra maestra de escuela
Fecha: 05/08/2019,
Categorías:
No Consentido
Autor: xxc, Fuente: CuentoRelatos
... sexo, pero se sentía exquisito. Marcos apareció detrás de ella y le dio una nalgada, y después un beso en el culo. Juan asomó su verga bestial. Siempre me pareció intimidante semejante pija. Ya desde chico parecía la de un adulto, y ahora, se asemejaba a la de un caballo. La tenía muy cerca de mi cara, porque Vane tenía el rostro casi pegado a mí, y él pretendía meterle ese miembro morcilloso en la boca. Era un tronco grueso, y las venas marcadas le daban un aspecto de fuerza descomunal. Antes de que la penetre, yo le di un beso apasionado a la seño, un beso como de novios, mientras hacía cortos movimientos pélvicos al penetrarla. Juan acercó más la verga. El miembro largaba líquido preseminal, y el tronco terminaba en una bolas peludas, enmarañadas, enormes. - No me acabes adentro – me ordenó Vane, porque yo se la había metido sin forro. Entonces abrió la boca, resignada, y Juan, de un solo movimiento, le hizo tragar buena parte de su prodigiosa verga. Ella se ayudaba con la mano, aferrándose a la palanca de mi amigo para mamársela con facilidad. Ya estaba totalmente entregada. Rodri se había unido a marcos, y entre los dos, le comían el culo a besos. Pero cuando Marcos peló la verga, para metérselo en el culo, el otro se hizo a un lado, y se conformó con hacer que la seño lo masturbe con la mano que le quedaba libre. Yo estaba apretado, y acalorado, en el reducido espacio que tenía, pero aun así, disfrutaba como loco al sentirme adentro de ella. Le daba besos en el cuello, ...
... sintiendo la fragancia de su perfume. Cuando Marcos se la metió en el culo, ella se abrió la boca grande, y con la pija de Juan todavía en la boca, largó un grito apagado. Cada vez que la penetraba ella hacía un movimiento pélvico hacia adelante, y se pegaba a mi cuerpo. Yo se la seguía dando como podía. Cuando estuve a punto de acabar, quise sacar la pija afuera, pero al estar tan apretados no pude hacerlo, y acabé adentro. - Pendejo boludo. – Me recriminó. Pero Juan enseguida la hizo callar metiéndole de nuevo la pija en la boca. Yo seguía debajo de todo, mientras Marcos la penetraba una y otra vez, haciéndola abalanzarse sobre mí, una y otra vez. Ya no podía contener los gritos, y no sé si fue mi imaginación o no, pero yo creí escuchar varios gemidos de placer mezclados con sus gritos de dolor e impotencia. Juan le había hecho tragar su miembro casi en su totalidad. Su bosque de pendejos quedó pegado a la cara con forma de corazón. No podía haber una imagen más contrastante que esa: la extrema belleza del rostro de vane, y el descuidado y oscuro pubis de él. Le bañó la cara con su leche. Estaba repleta, y unas gotas cayeron sobre mí. Enseguida Marcos le largó varios chorros de leche en sus nalgas. Yo por fin pude hacerme a un lado. - Ahora me toca a mí. – Dijo Rodri, contento. Y se tiró encima de ella, mientras los demás descansábamos. Después la llevamos al comedor. La pusimos encima de la mesa, y como si fuésemos a almorzar, devoramos su cuerpo. Jugamos a ser lombrices, ...