El jardinero en el patio trasero
Fecha: 03/08/2019,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Esa tarde regresé muy temprano a casa. Mientras caminaba por el comedor, pude oír una cierta conmoción a través de la ventana de la cocina. En la distancia, pude ver en el jardín del fondo a mi adorada mujercita y a nuestro jardinero Ramón; un viejo mexicano que hacía buenos trabajos en lo suyo.Me acerqué a la ventana y observe que el tal Ramón estaba haciendo algo más que hablar con mi esposa.Ana estaba pateando y gritando, mientras ese enorme hombre la tenía abrazada por la cintura y la manoseaba desde atrás. Ella llevaba unos shorts de jean que apenas le cubrían la cola, pero tenía la remera desgarrada y había perdido el corpiño. Sus redondas y firmes tetas se balanceaban mientras ella luchaba con su captor.Después de pelear, Ana pudo liberarse, pero Ramón la persiguió y volvió a capturarla.Otra vez la tomó desde atrás y siguió manoseando y acariciando sus tetas, haciendo que sus pezones se pusieran bien duros.Ana pataleaba y gritaba que la soltara; pero cada vez su resistencia disminuía más…Cuando se hartó de toquetearla, el hombre arrastró a mi esposa por los pelos contra el grueso ventanal de la cocina y allí le sostuvo la cara contra el cristal.Yo me acomodé en una silla entre las sombras, dispuesto a presenciar el espectáculo. Ramón era un hombre mayor, pero demasiado enorme para enfrentarlo. Podría destrozarme en un par de manotazos y luego haría lo que quisiera con mi esposa…Desde mi rincón podía escuchar perfectamente los gemidos de Ana contra el vidrio.De ...
repente Ramón arrancó los shorts de Ana y los deslizó por sus interminables piernas. Mi esposa quedó completamente desnuda; solamente tenía ahora una cadena de oro al cuello y sus sandalias de taco bajo.No me llamó la atención que no llevara tanga bajo los shorts…Ramón la empujó desde atrás y cayó de rodillas entre los muslos separados de Ana.Enterró su cara en la raja de mi delicada esposa y entonces pude ver su lengua que comenzaba a lamer la estrecha entrada anal de Anita, que ahora gemía sin control; con su bello rostro pegado al cristal, contorsionado por el placer que le provocaba la lengua del mexicano.Entonces Ramón se incorporó y se quitó los pantalones, dejándome ver una enorme y endurecida verga de color oscuro. Le apuntó a los labios vaginales de mi esposa desde atrás y de repente se enterró en ella con dureza y hasta el fondo, en un solo empujón.Ana dejó escapar un agudo grito de dolor; esa verga se veía realmente gruesa, además de dura.El hombre separó las caderas de Ana del ventanal. Las manos de ella seguían apoyadas contra el vidrio, soportando su cuerpo inclinado hacia adelante.Yo podía ver la piel de su trasero temblar, mientras ese hombre la bombeaba sin misericordia desde atrás. La tomaba por las tetas mientras la cogía con dureza.La cabeza de Anita se movía hacia arriba y abajo, con sus cabellos enrulados ocultando sus bellas facciones. No podía ver sus ojos, pero yo sabía que ella estaba gozando esa cogida; a pesar de sus aullidos de dolor…En un momento, me ...