En la sauna
Fecha: 27/07/2019,
Categorías:
Anal
Sexo Duro
Sexo en Grupo
Autor: erossade, Fuente: xHamster
... estado en su vida, Mayte se dejó llevar.Mayte tenía ya una polla en la boca y otras dos en las manos. Se girase donde se girase, podía ver una polla con ganas de entrar en su boca. Y no fueron precisamente delicados, aquellos brutos la agarraban de la cabeza y clavaban sus pollas, de todas las formas y tamaños, hasta lo más profundo de su garganta.Y tras pasar un rato chupando, el más musculoso la agarró por la cintura y la puso de pie. Empujó su espalda de forma que su culo quedó en pompa pero su cabeza seguía estando a la altura de sus pollas. Y se la comenzó a follar, con fuerza, de forma tan vigorosa que sus pechos botaban y la golpeaban hasta hacerla daño.Se la fueron pasando de uno a otro, mientras ella chupaba sus pollas ellos se follaban su delicioso coñito sin darle un respiro. No pasaba ni un segundo desde que salía una de aquellas vergas y otra ocupaba su lugar. Y como no podía ser de otra forma, alguien se fijó en su culo.- Te voy a follar el culo, nena - le dijo uno de los brutos -. No grites que si nos pillan se termina la fiesta.Y comenzaron a follarle el culo, uno tras otro. Pero no quedó ahí la cosa. Uno de ellos descubrió que podía pasar por entre sus piernas y colocarse bajo ella. y pronto se la estaban follando por todos los agujeros al mismo tiempo: su boca, su coño y su culo llenos de pollas que se iban turnando, sin darle ni un segundo de pausa.Al final la pobre Mayte ya no podía ...
... más, pedía gimiendo que parasen y la dejasen descansar, que ya le dolía todo. Pero aquellos brutos seguían dándole caña, riéndose y turnándose en llenar sus agujeros. Hasta que la excitación les pudo y comenzaron a correrse.Uno tras otro, llenaron sus agujeros de leche. No tuvieron escrúpulos, no les importó meter sus pollas en agujeros donde se había corrido uno de sus compañeros. Ni siquiera tuvieron la decencia de pedirle permiso a ella para hacerlo, de preguntar si tomaba la píldora o si le daba asco el semen.Cuando terminaron, Mayte estaba tan cansada que no pudo hacer otra cosa que caer al suelo, la leche caliente chorreando entre sus piernas y resbalando por entre sus labios. Ellos se reían y se felicitaban por lo bien que se lo habían pasado y cómo lo habían hecho.Y se fueron, sin dirigirle la palabra. Mayte quedó en el suelo, rendida, sucia, violada. Y tras unos minutos de descansó, sonrió. Claro que sabía que ese día era sólo para hombres. Claro que sabía cómo usar la sauna. Se retorció en el suelo como una gatita y se llevó uno de sus dedos a su entrepierna, recogiendo con él la leche que habían dejado en ella aquellos brutos. Y llevó ese dedo untado hasta sus labios, y lo relamió.Relajada y sudorosa, así se sentía. Sonriente, cerró los ojos y esperó quedarse dormida. Hasta que, con un poco de suerte, más tarde la despertase el dueño del gimnasio. Ese si que estaba fuerte y tenía una buena polla.