Historias (III)
Fecha: 06/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Subimos a la suite, yo abrí la puerta haciéndome a un lado las dejé pasar, entró primero Ana seguida por Michelle, ésta miraba alrededor mientras dejaba el bolso en un asiento. Ana fue directamente al dormitorio, se sentó en la cama y sonriendo la llamó. --De rodillas-ordenó, Michelle presurosa fue hacia el dormitorio y se dejó caer de rodillas ante ella. Ana mirándola a los ojos con furor, muy en su papel de Ama, sermoneó a Michelle. --Estas aquí para nuestro placer, serás nuestra esclava y nos servirás en todo momento y lugar durante los próximos siete días- dijo dándole una sonora bofetada en la mejilla -- ¿has entendido?.- Michelle, sorprendida asintió con la cabeza. --Bien, quítame los zapatos y las medias, besa mis pies-ordenó recostándose. Michelle, lejos de la primera turbación, con una extraña mansedumbre hacía con presteza y dedicación lo que Ana le había ordenado. Ana daba pequeños gruñidos de placer, a la vez que sonreía con maldad. Sus dedos bañados en saliva dejaban unos destellas producidos por la luz en sus uñas pintadas. --Ya basta, levántate y desnúdate, no te quites las medias ni los zapatos, queremos verte para comprobar la mercancía.-dijo con insolencia. Yo me había sentado en uno de los sofás y miraba estupefacto cuanto sucedía, Michelle se desnudó con una cierta pudicia, a la vez que se pintaba de rojo su rostro, era una esclava autentica, rubia, con el culo bien formado, cintura estrecha, pechos aperados y algo pequeños, piernas largas, de unos 25 ...
años.Yo observaba a ambas, la risa socarrona de Ana y la timidez inicial de Michelle, creí adivinar una tremenda bisexualidad en Ana. Una vez terminada de desnudar cayó de rodillas delante de Ana. Ésta mirándola, se puso de pie y se desnudó por completo, y dirigiéndose a mí dijo: --Amo, ¿no te vas a desnudar?.- El llamarme Amo me sorprendió gratamente. --Qué esperas-dijo dirigiéndose a Michelle-ponte a cuatro patas y ve a recoger al Amo-así lo hizo Michelle, avanzando hacia mí. Cuando llegó a mi altura me besó los pies postrándose. Fascinado, pues había visto su culo meciéndose a la vez que avanzaba hacia mí, sus tetas colgando moviéndose al compás, me excitaron. Tomé un collar de perra y se lo puse al cuello. Me senté sobre su espalda que se arqueó un poco con mi peso. El contacto de su piel con mis huevos y culo me agradó tanto como su sometimiento. Con una mano me agarré al collar y con la otra la di un tortazo en su culo, indicándole que debía comenzar a marchar, cuando llegamos hasta Ana la obligué a dar la vuelta para recorrer otra vez la suite, estaba embargado por el poder, una oleada de deseo nació en mi entrepierna, lentamente Michelle recorrió la estancia. Era más fuerte de lo que yo creía, pues apenas se quejó, sin embargo sus medias se habían roto, las rugosidades de éstas le molestaban terriblemente cada vez que movía las rodillas. Cuando llegamos otra vez donde Ana, esta esperaba al borde de la cama, sentada y con las piernas abiertas, yo me levanté y ella ...