Sinvergüenzas sometidos (Cap. 4)
Fecha: 07/11/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: ALTEZA, Fuente: CuentoRelatos
Los perros dijeron pe… pero su Alteza, su Alteza interrumpió de manera abrupta diciendo “pero nada perros a callar”, no están aquí como premio, están aquí porque en sus obligaciones como perros han fallado, y ahora deberá ser reforzado dicho entrenamiento, como les dije, al final de la semana no van a recordar ni su nombre. Su Alteza enseguida hizo presentarse a la más arrastrada de sus perras para ordenarle que llevara a esos perros a la habitación panorámica de la casa (una jaula de titanio reforzado suspendida en el aire) por dos días y que no les abasteciera ni de agua ni comida durante el tiempo que estuvieran en las alturas. La perra enseguida acató la orden recibida. Los perros enseguida fueron llevados y metidos en las jaulas de titanio para inmediatamente ser suspendidos como lámparas por 48 horas. Los perros estaban congelados por miedo de que la jaula no aguantara su peso, por lo que decidieron prácticamente permanecer inmóviles, casi ni respirar se atrevían, y todo por miedo de que su alojamiento se desplomara por el movimiento. Dos días después, los perros salieron de su cómoda jaula aérea para ser llevados ante su Alteza, irónicamente les preguntó que opinaban de la habitación panorámica, los perros suplicaron no los llevaran ahí otra vez. Su Alteza les aclaró que el regresar a ella o no dependía de su nivel de sometimiento y obediencia. Los perros juraron ser unos perros totalmente sometidos con tal de no volver a las alturas de las cuales habían ...
... permanecido dos largos y tormentosos días. Lo primero que suplicaron los perros fue poder zurrar y orinar, ya que durante dos días no lo habían hecho por el miedo de caer la jaula por el movimiento. Su Alteza solo les autorizó tardarse solo 5 minutos para hacer sus cosas y regresar, los perros salieron más que rápido y regresar a tiempo para evitar ser castigados o llevados a su alojamiento de dos días atrás. Apenas regresaron de haber hecho sus cosas, los perros volvieron a suplicar, pero esta vez deseaban beber y poder comer, ya que después de dos días sin probar bocado, ansiaban poder comer. Su Majestad preguntó irónicamente sí deseaban comer, los perros dijeron que sí. Su Alteza ordenó les fueran traídos un par de tazones para perro lleno de alimento canino. Los esclavos pusieron cara de lágrima, sin embargo era tanta su hambre que no dejaron sin comer una sola de las croquetas. A su término su Alteza les hizo burla diciéndoles que era bueno que se las hayan terminado, ya que lo único que podrán comer son las mismas croquetas que en el hotel habían despreciado. Los perros sin poder hacer nada tuvieron que agachar la cabeza, y aceptar su nueva realidad, por lo que tuvieron que resignarse y actuar como los perros en que los habían convertido. Los perros tuvieron que aprender a estar a cuatro patas y guardar silencio, realizar todas las tareas domésticas desde como tender una cama hasta lavar la vajilla pasando por tener que fregar el suelo y toda la loza. Poco a poco fuero tomando ...