Sexo, dinero y amor
Fecha: 16/07/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Anal
Autor: ClauMar, Fuente: CuentoRelatos
Esto sucedió a mis 18 años, corría el mes de junio, yo estudiaba en un colegio secundario religioso. A mediados de septiembre iríamos de viaje de egresados a Bariloche, mis padres no podían hacer tanto esfuerzo para el viaje, por lo tanto debía encontrar algún trabajo para conseguir unos pesos adicionales para mi estadía. Pasé por la puerta de un negocio de lencería en el cual había un cartel solicitando empleada. Conseguí el empleo e iba durante la semana por la tarde y los sábados todo el día, ese horario me permitía realizar mis tareas escolares. En ese negocio trabajaba Cristina una chica muy bonita de 21 años, que dejaría de trabajar porque se casaría a fin de mes, ella me enseñó todo lo relacionado con el trabajo. Oscar era el dueño del negocio, y un tanto picaflor, eso lo sabía porque cuando salía del colegio temprano y me cruzaba vivía piropeándome, eso me hacía ruborizar pero me encantaba cuando lo hacía, a pesar de que algunos eran un tanto subiditos de tono. Cristina me recomendó mantenerlo a la distancia y no darle mucha bolilla para no tener problemas. No hacía falta esa recomendación el trato de él era muy distinto en la semana que el sábado en el que venía su esposa a ayudarnos, ella no podía en la semana porque trabajaba en un banco. Cuando comenzó el mes estuve trabando sola con él, lejos de lo que podía suponer se comportaba en forma excelente conmigo, jamás se propasó y si me decía algo no era para molestarme, me decía más lo bonita que estaba, lo bien ...
... que me quedaba tal o cual ropa, en definitiva no era el hombre que decía Cristina, ni siquiera el que me piropeaba a la salida del colegio. En nuestros ratos sin clientela hablamos mucho, sobre todo; nuestras vidas, mis padres, lo que iba a hacer cuando finalizase mis estudios, y mis expectativas en el viaje de egresados, el hablaba de la suya de su esposa, sus hijos, etc. Su trato para conmigo, era muy cordial y jamás insinuó algo impropio. Al llegar a fin de mes me abonó el sueldo y me dio algo más de lo acordado, dijo que eso era un premio por lo atenta y el buen trato que brindaba a las clientas, eso según él, había ayudado al aumento de las ventas. Celia, la mujer de Oscar estaba también muy contenta conmigo, Oscar tenía 44 años y Celia unos meses más que él, parecían llevarse muy bien. Hacia dos meses y medio que estaba trabajando cuando poco a poco Oscar fue cambiando, creo que cuando sintió que la mujer confiaba en ambos el comenzó a acosarme, primero fue muy leve como para no desconfiar. Empezó a piropearme, de otra manera lo bien que me quedaba tal o cual ropa, los hermosos pechos que tenía y que mis caderas y mi cola paradita lo enloquecían, y que le gustaría que algún día fuésemos a tomar algo juntos, yo intentaba mantenerlo a distancia, tenía muy en claro que intentaría convencerme para que saliese con él. Cuando corría el mes de agosto mis padres tuvieron un gasto inesperado por problemas de salud, yo ayudé con parte de lo que tenía ahorrado para mi viaje de ...