LA VECINA 1 - Relatos Eróticos

LA VECINA 1

senti el roce de su culo por toda mi entrepierna, instintivamente adelante mi cintura y por un momento ella se quedo parada apretando su culo contra mi, y continuo pasando, con la escusa de buscar el azucar se inclino, poniendo todo su culo en pompa delante mio, mi mirada se fijo en el, y por mas que lo intentaba no llegaba a descubrir si llebaba puesto braga o tanga, no encontraba el dibujo de las marca, de las costura, ella se incorporo y acercandose a mi oido y con voz muy sensual me dijo, no busques, no mires, no encontraras nada, te debia un cafe y debajo del leguin no llevo nadaEn ese momento toda mi entrepierna reventaba, ella ya lo sabia y acerco su mano a ella, pasandola de arriba abajo, sus pezones se notaban sobre su camiseta amarilla, como un tonto seguia con la cafetera en la mano, fue ella quien me dijo q si iba a estar toda la tarde con la cafetera en la mano, la deje encima de la encimera, dejando ya mis manos libre, la agarre por la cintura y la atraje contra mi cuerpo.Al estar asi apretados uno contra el otro ella me confeso que desde el otro dia estaba deseando invitarme a cafe, y que la sola idea la hacia ponerse caliente y que habia llegado a masturbarse con ello, casi ni la dejo terminar ...

 de hablar, la aprete contra mas contra mi, que notara todo lo duro que habia puesto mi sexo, empece a rozarme contra ella, y notaba como ella se excitaba mas, en un momento le di la vuelta su espalda contra mi pecho y mis manos empezaron a acariciarla, una de mis manos bajo y se metio entre el leguin y asi tambien comprobe que era verdad no llebaba bragas, mis dedos llegaron a su sexo, estaba mojado, excitado, ella cogio mi mano por encima del leguin y empezo a moverla, marcaba el ritmo con el cual queria q mis dedos giraran entorno a su clitoris.Le mordisqueaba el cuello, mi otra mano ya jugaba con sus pezones por encima del sujetador, ella apretaba el culo contra mi sexo lo subia de arriba hacia abajo,el deseo y el placer se cortaba en aquella cocina, en un momento no se quien fue si ella o yo, empezamos a medio desnudarnos y en aquella pequeña cocina empezamos a follar como si el mundo se fuera a acabar, ella echada en la encimera y yo detras de ella pegandole fuertes envestidas, el ruido que hacia el movimiento de mi sexo dentro de ella con sus fluidos... fue una corrida maravillosa, los dos a la vez, todo mi semen quedo dentro de ella.Nos despedimos sin nisiquiera haber tomado ese cafe que me habia prometido