La pertenencia (5) El turista
Fecha: 12/07/2019,
Categorías:
Dominación
Sexo Oral
Autor: ibarra.heber, Fuente: CuentoRelatos
... Repliqué con un guiño. "Claro que no, no hace falta." "Claro que igual nos vino muy bien. Me gustó la forma en que se nos dieron las cosas." "A mí me encanta como se nos están dando las cosas." Caminamos cuesta arriba. No me preguntó a dónde íbamos. Quizás había venido antes por acá. Lo dudo. "¿Habías venido antes por acá?" "No, es lindo." "¿Nunca antes habías estado en Sopocachi?" "Sí, en Sopocachi sí, pero no por aquí arriba." El montículo me servía de guía. Ella subía con bastante más agilidad que yo. Haber hecho atletismo cuando joven siempre me ha servido. Me he vuelto sedentario pero con cuidado de no dejarme para gordo. Puedo subir varios pisos de un edificio feliz de la vida, lo hago seguido en la oficina. Pero a estos metros sobre el nivel del mar, es como que haya sido el guatón más charcha toda mi vida. Unas escaleras que servían de atajo fueron un obstáculo que sortee con esfuerzo. Ella me esperaba sin comentarios, sólo con su sonrisa, sin hablarme para que ahorre mi escaso aliento. Llegamos a la puerta, único rasgo en una larga y monótona pared celeste. Ella sólo sonreía. Lo que más me gustaba de este lugar era la calefacción. La iluminación indirecta también estaba bien lograda. Hasta ahora la había visto siempre con pantalón de trabajo, trajes de dos piezas de una variedad bastante limitada por lo que pude ver de su closet, a la que le sacaba un provecho increíble. Se sacó la chaqueta y la colgó de una percha. "No te sueltes el pelo." Hoy en vez de llevarlo ...
... suelto usaba un moño. Se siguió desvistiendo y dejando ordenada su ropa. "Quiero que salgas de aquí limpia y ordenadita." "Sí." Ya desnuda se sentó en la cama doblando una rodilla. A veces parecía que me leía la mente. Se acariciaba el muslo de la pierna que tenía doblada, con su sonrisa entreabierta. Me arrodillé al lado de la cama y me puse a besar por donde pasaba su mano. Me acordé de Coco Chanel, 'Una mujer debería usar perfume donde quiere ser besada.' Me gustaba su olor, y en ese mismo instante me estaba gustando mucho, fresco, me recordaba todo lo bueno del olor a tierra mojada del sur; pero antes de idealizarla y luego aburrirme cuando la ilusión se desvanezca, tenía que ponerse algunos perfumes para mí. Al igual que con sus senos los besos dieron paso a la lengua. Dibuje figuras con suaves trazos de saliva. No abrió sus piernas, esperaba a que con mi cabeza diera la señal. Me puse de pie. "Desvísteme. Tu sabes cuidar mi ropa mejor que yo." Para que me saque los zapatos me senté en la cama. Para sentarse en el suelo lo hacía sobre sus talones, manteniéndose erguida, luciéndose de la mejor manera. No me lo tocó, apenas le sonrió cuando saltó erecto al bajar mi calzoncillo. Volvió a la cama en la misma posición inicial. Volví a arrodillarme y esta vez mis manos sí le dieron la señal para que abriera las piernas. El que su vello púbico fuera liso hacia menos molesto los que se pudieran soltar. Una mujer puede aparentar ser virgen pero no nulípara. El interior de sus muslos ...