La recesión
Fecha: 11/07/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... inmediato y cerraron la puerta. Yo de igual manera cerré despacio la puerta de mi habitación si que ellas lo notaran y las deje hablando entre ellas. Yo estaba que echaba fuego por mi polla, y tenía que sacarme esa calentura, no sabía cómo, pero tendría que haber alguna forma de hacerlo. Era el fin de semana y no tenía que trabajar al otro día, por lo cual salí al patio y comencé a hacer ejercicios de pesas en unas máquinas que habían ahí. Ya tenía unos 45 minutos de haber comenzando, y mi estado de excitación se había calmado, o al menos eso yo pensaba. De repente sentí la presencia de alguien que estaba observando, y era Sandy, quien me dijo que necesitaba hablar conmigo. Le dije que estaba bien, que dónde quería hablar, y me respondió que aquí mismo. Ella comenzó diciendo que lamentaba mucho las situaciones en que habían ocurrido sin conocernos siquiera, pero que la disculpara de la misma manera que ella me disculpaba a mí.Entabló conversación diciéndome que esas máquinas habían sido de su papá cuando él vivía ahí con ellas, pero que las había abandonado cuando se fue. Y que a ella le gustaría aprender a hacer ejercicios de pesas, que si era posible que le enseñara, ya que su novio era un antideportista y no gustaba de ningún ejercicio físico, por lo que le dije que bueno. Ella regresó en unos minutos, vino con un short pequeñito y una camiseta apretada al cuerpo que dejaba ver todas las maravillas de su cuerpo de mujer. De inmediato sentí un estremecimiento en todo el ...
... cuerpo y mi polla sintió un corrientazo comenzando a palpitar aceleradamente. Era todo un bombón de mujer, y pensar que ya nos habíamos visto nuestras partes íntimas me excitaba mas. En uno de esos ejercicios, había que acostarse en el banco de las pesas para hacer ejercicios de piernas, para lo cual tenía que abrir las piernas para subir y bajar el tronco. Al hacerse para atrás, mostró la verdadera dimensión de su vulva, un verdadero paquetazo, que invitaba a mordisquearlo, a besarlo, y a acariciarlo. Ella se percató de mi nerviosismo y de mi excitación, pero siguió con el ejercicio, abriendo cada vez más las piernas. Posteriormente, se puso boca abajo para hacer otro tipo de ejercicios, pero ahora era los cachetes de sus nalgas el espectáculo que tenía delante de mí.Yo por mi parte, me hallaba totalmente empalmado y trataba de ocultar mi tremenda erección. Ella por su parte se volvió a dar cuenta de mi estado y no apartaba sus ojos de mi polla. Finalmente, le dije que ahí acababa la sesión del día y que volveríamos otro día, que me iba a bañar.Estaba bañándome cuando tocaron la puerta y era Verenice que me preguntaba si no necesitaba algo, porque ella iba al súper. Le dije que si podía traerme una crema de afeitar que la mía se me había quedado.Pasaron algunos minutos cuando me encontraba bañando, sentí que alguien había abierto la puerta y vi a Sandy sentada en el servicio. Ella se asustó (así creí), y se tapó con sus manos. Pero de inmediato, retiró sus manos diciendo, "al ...