Ub juego peligroso en el bar - Relatos Eróticos

Ub juego peligroso en el bar

... bolsillo la mini tanga negra que llevaba puesta mi esposa al salir de casa…Incluso la extendió entre sus dedos para que yo pudiera ver la humedad en la tela negra…Yo no podía creer que Ana le hubiese entregado su tanga manchada y con ese olor a hembra en celo. Era algo increíble realmente. Pero ahí estaba como prueba fehaciente de que Ana se estaba comportando como una verdadera perra esa noche…Ramiro sonrió ante mi cara de asombro y me pidió que los dejara a solas, porque él se llevaría a Anita a otro lugar para podérsela coger con más comodidad.Al regresar Ana, dijo que ya era hora de retirarse de allí, porque ella estaba muy, muy caliente y quería tener una verga adentro cuanto antes.La abracé por la cintura y bajé mi mano para acariciar su culo por debajo de su minifalda. Comprobé entonces que, efectivamente, la tanga que me había mostrado Ramiro, era la que ahora faltaba para cubrir su depilado pubis…Entonces sucedió lo inesperado: mi delicada esposa me besó a manera de despedida y luego alargó su mano al encuentro de Ramiro. El tipo me guiñó un ojo con complicidad y arrastró a Ana fuera de la mesa.Me quedé atónito, mirando cómo se alejaban por un pasillo.El turro le había metido una mano bajo la falda empujaba a Ana directamente tocando su firme y redondo culo…Llegaron al final de ese pasillo y se quedaron en un rincón bastante oscuro. Me acerqué a ver la acción, sin que ellos pudieran verme.Ramiro la besó, mientras le levantaba la falda; dejando sus nalgas a la ...

... vista. Enseguida sus manos la acariciaron y me pareció ver que le introducía algún dedo por la puerta trasera. Ana lo confirmó con una especie de sobresalto y un suspiro suave…Luego Ramiro le abrió la blusa y comenzó a lamerle las tetas, haciendo que los pezones se endurecieran enseguida. Ana no se quedó quieta: bajó su mano y abrió la bragueta de él, sacando una enorme verga ya bastante dura…Mi esposa comenzó a masturbarlo suavemente, pero pronto él la tomó por la nuca y empujó hacia abajo, obligándola a abrir su boca para poder meterle la verga entera, hasta llegar a la garganta.Ana parecía desesperada mientras se la lamía y chupaba. Se ahogaba con semejante mordaza en su delicada boca.Cuando estuvo bien endurecida, ella se incorporó y él la tomó por la cintura, haciéndola inclinar y apoyar sus manos contra la pared.Le arrancó la falda, dejándola desnuda de la cintura para abajo.De pronto la penetró por el culo. Pude saberlo por el agudo aullido de dolor que dejó escapar mi mujercita. Ella siguió gimiendo y jadeando; pero pronto esos sonidos pasaron del dolor al puro placer.Pude ver que Ana se acariciaba los labios vaginales mientras era sodomizada y pronto ambos acabaron casi al unísono…Ramiro se la sacó del culo chorreando semen y mi mujercita cayó de rodillas frente a él, para dejarle esa verga limpia a lengüetazos.Después se acomodaron las ropas y escuché que él le preguntaba si ahora ella regresaría a casa para coger con el cornudo de su maridito. Le ofreció llevarla en su ...