el cocinero - Relatos Eróticos

el cocinero

Esto ocurrió el año pasado, mientras trabajaba en un restaurante de Torrevieja como cocinero.Un sábado de agosto, sobre las 11 de la noche, estaba yo dentro de la cocina preparando una salsa, pues se había acabado, cuando entró uno de los camareros y me dijo que había una mesa que quería felicitarme por la cena, fue algo que me alargó mucho y rápidamente salí fuera a saludar a esta mesa.Cuando salí me encontré con una mesa de tres parejas, los cuales estaban mirando hacia la cocina, me acerqué a ellos y les pregunté si les había gustado la cena. Ellos contestaron que sí, que había estado perfecta y que por ello querían felicitarme. Entonces una de las mujeres que estaba allí me dijo,- Jose, ¿es que no me recuerdas?-Yo me quedé mirando y al poco caí. La conocí en un pub de Torrevieja una semana antes. La saludé y me dijo que tenia que hacerles un día una cena para ellos, a lo que yo accedí encantado.Quedamos para el miércoles, el día que yo libraba.Llegado el miércoles, me decidí a ir al piso de Nuria (Así se llama ella). Cuando llegué solo estaba ella, con un precioso vestido estampado de verano que apenas le tapaba los muslos. La seguí hasta la cocina sin poder apartar mi vista de su culo y de sus piernas. Me dispuse a ver lo que había en la nevera y mientras Nuria me decía que tenía todos los ingredientes para preparar una cena picante, me apartó de la nevera y se agachó para abrir el verdulero, dejando sus encantos al aire al agacharse, ¡¡¡¡No llevaba bragas!!!!. Se ...

... incorporó y me preguntó- ¿Has visto el aperitivo? -Antes de poder reaccionar, dijo- Veo que sí - mirando mi bulto,Cielos, la tenía super dura, y al llevar solo unas bermudas se notaba mi polla hinchada. Se agachó, me bajó las bermudas y me dijo . - Antes de nada voy a probar al cocinero- y comenzó a comerme la polla. Yo no dejaba de suspirar y ella de decir, - sí que está rico el cocinero, sí-No pude evitar el correrme en su boca, se lo tragó todo, se incorporó y me besó, bebiéndonos juntos los restos de mi leche. Después la desnudé y la tumbé sobre la mesa. Empecé a lamer todo su cuerpo, Nuria no dejaba de gemir y retorcerse. Vi un tarro de miel, y la rocié con ella en sus pezones, boca, muslos y en su coñito y empezé a lamerla otra vez, mientras me decía sin parar que me la follara. La abrí de piernas y la acerqué al filo de la mesa y se la metí. Sus jugos se mezclaban con la miel y mi polla resbalaba en su coño con gran facilidad. Cogí las piernas y se las cerré con mi polla dentro. Empezó a gritar y jadear como loca gritándome más, más, hasta que noté como sus jugos emanaban de su coño a través de mi polla, y entonces me corrí otra vez con ella.Nos quedamos un rato abrazados, nuestros dos cuerpos desnudos y sudorosos, y me dijo,- Todavía hay que hacer la cena.Así que cogí y me vestí, pero al ponerme las bermudas me di cuenta de que estaban completamente empapadas de miel. Por lo visto en alguno de los movimientos lo habíamos tirado. Nuria me dijo- Tranquilo, ponte unas bermudas ...