Sandrita, ganas de sexo un domingo - Relatos Eróticos

Sandrita, ganas de sexo un domingo

Una más de la potra de Sandrita, después les cuento más, tengo un montón. Otro domingo al mediodía de almuerzo en lo de Estela, la rubia se bañó, se perfumó, se vistió sexy de rosa, ropita interior bien eroticona, se maquilló bastante y se puso cremita con un riquísimo aroma. Se ató el cabello y se puso tacos bien altos para excitar a quien estuviera. Pero estaba Estela sola ese domingo, ya que su marido estaba descansando de la noche anterior que tuvieron salida con sexo. Sandrita le pidió a la tipa que tenía ganas de hacer el amor, y le insistió tanto que al final llamó por teléfono a un amigo de Ernesto para que viniera a almorzar y de paso le hiciera de todo. Vino su amigo, muy bien vestido y empapado de perfume, excitado con la invitación, y la besuqueó a Sandrita que estaba bárbara. Justo bajó Erne, su mujer le contó todo y él también se fue a bañar y perfumar porque quería darle él también. El marido de Estela volvió recién bañado, perfumado y con una bata azul, se sentó al lado de Sandrita y los cuatro disfrutaron la picada de siempre, queso, jamón crudo, mortadela, salame, aceitunas, antes de la pasta con salsa blanca y el postre. La comida, el perfume de mujer, los de los hombres y demás excitaron a Ernesto y a su amigo, y un rato después de la sobremesa, se la llevaron del brazo y con fuerza a Sandrita, y a su turno, cada uno se desnudó con ella, que enseguida se quitó sin problemas la ropa, el corpiño y la bombacha, abrió las piernas y fue violada por vagina y cola por Ernesto, primero, y por su amigo después. Los dos se sacaron las ganas metiéndole un pene tremendamente grueso y llenándola de abundante semen. Y se la dieron casi toda la tarde, satisfaciendo sus ganas genuinas de sexo. Sandrita tuvo lo que quiso, lo aprovechó y lo disfrutó. Y así se fue haciendo tremenda mujer como es hoy. Excitante y para que uno de ustedes intente convencerla de que se saque la bombacha y hacerle el amor. Seguro que les va a decir que sí.