Las vacaciones en Itapirubá I - Relatos Eróticos

Las vacaciones en Itapirubá I

amplia sonrisa.Al rato las mujeres se acercaron, sus redondos cuerpos menopaúsicos me hicieron recordar a las modelos de Rodin, me pidieron cigarrillos y fuego, advertí sus pubis completamente depilados, yo aferrada a mi toalla busqué en mi morral lo que me pidieron y una me dijo_Nena seguí desnuda, nadie ve a nadie.Esa tarde en mi habitación me arrojé en la cama recién bañada y mi mente repasó el día de playa, los cuerpos desnudos de mis eventuales compañeros hacía fluir en mi mente pensamientos eróticos, rápidamente mis manos encontraron mi clítoris y me masturbé hasta emitir un largo gemido, en ese momento suena la puerta. Cubierta con un pareo la abro y una de las mujeres con quien compartí la tarde me invitaba a cenar con ellos cuatro. En la cena me enteré de sus edades, sin duda podían ser mis padres.Al día siguiente salimos los cinco en dulce montón a dar la misma caminata, los hombres a los pocos metros de hotel se sacaron las mallas, las mujeres sus corpiños, yo esperé. Sus bamboleantes penes iban cambiando de tamaño, por momentos pensaba que llegarían a una marcada erección, por momentos su tamaño era mínimo, esto me excitaba, sus desnudos cuerpos transpirados me gustaban.En un momento decidieron dejar de caminar, yo les dije que me alejaría unos metros, me desnudé y empecé a tomar sol. Tendida en el suelo empecé a sobre excitarme, corría al mar para bajar mi deseo sexual, ...

 pero no pude, con disimulo me masturbé una y otra vez.En un momento veo que en la playa sólo había un matrimonio, creyendo que el otro se había ido, caminé hacía las dunas y veo a los otros dos haciendo el amor en forma desenfrenada, llegando al climax ambos gimieron con pasión. Ella levanta la vista me ve y se sonríe, yo parada desnuda frente a ellos no sabía que hacer. Luego el marido se levanta pasa a mi lado me sonríe y va al mar, la esposa me dice_te vimos masturbando y nos despertaste el mayor deseo sexual que tuvimos en años, gracias a vos hemos hecho el amor como nunca.Por una semana seguí yendo con los cuatro a la playa, sucedíendose situaciones similares, los cinco disfrutamos. Nunca tuve sexo con ellos, pero mis masturbaciones en la habitación o en la playa se sucedían, cada día que pasaba estaba más relajada y feliz.Un día fui sólo con los maridos, las esposas se retrasaron media hora, nos pusimos los tres a tomar sol. Los penes de ellos al rato estaban erectos, sus glandes brillaban, yo sólo miraba, ambos empezaron a tocarse y masturbarse sin abrir los ojos, parecía que lo hubieran planeado. Yo azorada vi su derrame de semen, mis manos buscaron mi clítoris y también me masturbé con los ojos cerrados, cuando los abrí ambos me miraban sonrientes y me aplaudieron, fuimos los tres juntos al mar y veíamos a sus esposas llegando._La están pasando bien dijo una._Desde ya dije yo.