Ana, la dudosa
Fecha: 02/07/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... muy guapa, tiene un buen tipo, es muy extrovertida y no tiene novio ni sale con chicos, no crees que le van las chicas y se aguanta, yo creo que nó, he pasado muchas horas junto a ella y lo hubiera notado. Que te parece si la invitamos un día a casa, tu me dejas a mí organizar el encuentro... pasaron tres días era el fin de semana, sabado por la noche ella llegó muy arreglada, esperaría salir con nosotros para que le presentaramos algún amigo eso era bueno estaba mentalizada para tener sexo esa noche, pero cómo proponerlo, la convencimos de quedarnos en casa argumentando que habiamos arreglado el jardín y que tomariamos algo para inagurarlo, ella se sentía muy cómoda con mi mujer, yo seguía en mis trece y opinaba que le iban las chicas, además mi mujer estaba muy nerviosa y excitada y eso hacía que Ana se contagiara de la tensión y sus neuronas empezaran a imaginar cosas que la estaban poniendo a mil, desde la cocina pude ver que ella apretaba los muslos uno contra el otro continuamente, y que no hacía más que mirar el escote y la boca de Carolina. Entonces decidí que ese momento si se alargaba demasiado podía conducir a un dolor de vagina y a un desinfle, descardamente llegué a la mesa y les propuse jugar a las cartas, antes había que acordar que quien ganara pediría un deseo que las otras dos persons debían cumplir, eso les hizo imaginar mas todavía y Ana se mordió los labios y dijo de acuerdo pero nada de rajarse, se cumple lo que se pida sin condiciones. La partida iba ...
... a muerte, los tres queríamos ganar a toda costa, pero la suerte me sonrió esa noche y la victoria era mía. ¡ahora pide tu deseo dijo mi mujer!, Ana estaba rabiosa no le gustó perder, pero cuando dije, quiero vendarle a Ana los ojos y ponerle dos tapones en los oídos de la piscina, así ella no podrá oir nada ni ver y tendrá que andar por donde nosotros la dirijamos,ella se echó las manos a la boca y dijo ¡Joder, como te pasas! tu dijiste que sin condiciones, te acuerdas, eso sí quiero que lo hagas con una sonrisa en la cara, si no te gusta lo dejamos...¡no de ninguna manera, si me gusta, no he dicho nada lo retiro. Fuí a por unos tapones y cogí un pañuelo de seda negro de mí mujer, volví a la planta baja y allí estaban las dos cuchicheando, se conoce que Ana quería complicidad de Carolina para protegerse de mí, que mal aliado se buscó. Cuando tuvo los ojos tapados y los oídos taponados, mi mujer le dijo quitate la venda de los ojos Ana por favor, Ana ni se inmutó, Carolina dijo, ¡como una tapia!, y yo añadí ¡y como un topo! Je!,je!. Entonces la cogimos de los hombros y la acompañamos al dormitorio de la segunda planta, no sin dificultades pues las escaleras eran curvas, entonces decidí, cogerla en mis brazos, calculo que pesaría 50 Kg, no era demasiado, eso le gustó a nuestra pequeña esclava, porque se acurrucó a mi cuello. Al llegar al dormitorio, le dí un beso en los labios sin tocarla, mi mujer se acercó y le dió otro, Ana abrió la boca y sacó la lengua, mi mujer se quedó ...